Max Mazin, uno de los impulsores de la primera organización de empresarios españoles y líder indiscutible del lobby empresarial judío en España, murió ayer en Madrid. Su figura ha estado ligada tanto a diversos sectores empresariales como el hotelero y el inmobiliario, como al desarrollo de las relaciones entre España e Israel.

De origen polaco, Mazin logró sobrevivir al nazismo, que terminó con buena parte de su familia. En los primeros años 50, recién finalizada la II Guerra Mundial, se instaló en Madrid para comenzar a desarrollar su actividad emprendedora y, al mismo tiempo, la comunidad judía en nuestro país.

Su actividad empresarial en Madrid comenzó con Renta Inmobiliaria, aunque el hito más destacado fue la fundación de la cadena hotelera Tryp, adquirida posteriormente por Sol Meliá. En 1973, junto a Antonio Briones y Juan de Arespacochaga (que posteriormente sería alcalde de Madrid), creó lo que posteriormente sería un gigante del sector, aunque empezó con una torre de apartamentos y una sala de fiestas.

Mazin estuvo muy involucrado en la creación de la primera organización empresarial en España que no estuviera ligada al franquismo. De su mano y de la de otros empresarios como José Meliá nació en 1976 la Agrupación Empresarial Independiente, considerada germen de lo que hoy es la patronal CEOE, aunque Mazin se quedó a las puertas de ser el primer presidente, honor que recayó finalmente en Carlos Ferrer Salat.

Max Mazin también está ligado al nacimiento de CEIM, la patronal de los empresarios madrileños, que fue su siguiente reto. En 1980 sufrió un atentado relacionado con su significada presencia en la comunidad judía en España. Mazin salió ileso pero no el abogado Alfonso Cotelo, que recibió los disparos destinados al empresario.

Eterno socio de Marc Rich, relacionado con el sector petrolero y también impulsor del lobby judío en España, Mazin formó parte también del consejo de administración del grupo Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) durante cuatro años (2006-2010).