Los grandes grupos constructores han vuelto a elevar su endeudamiento durante los primeros seis meses del año, una cifra que se aproxima a los 30.000 millones de euros en total. Una tendencia al alza que no se veía en los últimos años, cuando las compañías decidieron poner en marcha planes (la mayoría de ellos de venta de activos) para reducir el riesgo de un alto endeudamiento.
Con todo, el factor más preocupante no es tanto la cifra global de la deuda de los grandes grupos del sector como su relación con sus resultados operativos. Al cierre del primer semestre la suma de la deuda de las principales constructoras españolas supera en más de diez veces el Ebitda agregado de todas ellas. Una ratio que, pese a la notable reducción de la deuda de estas empresas en los últimos años, no ha logrado reducirse.
En el capítulo individual, ACS es la compañía que más ha incrementado su deuda en los seis primeros meses del año. La compañía que preside Florentino Pérez cerró el primer semestre de 2014 con un endeudamiento de 5.812 millones de euros, un 52% por encima de la deuda reconocida a diciembre de 2013.
No obstante, en estas cifras no se incluyen la correspondiente a los activos relacionados con energías renovables al estar clasificados como disponibles para la venta y, por lo tanto, fuera del balance.
Adquisiciones y ajustes
ACS ha adquirido a lo largo del ejercicio acciones de sus empresas filiales en el exterior, como la alemana Hochtief, y también ha llevado a cabo otras operaciones que han supuesto una inversión neta superior a los 1.000 millones de euros.
También OHL ha incrementado su cifra de deuda en el primer semestre de 2014, concretamente un 13,5%, hasta los 6.284 millones de euros, lo que le sitúa como la segunda compañía con mayor endeudamiento del sector en términos absolutos, sólo por detrás de FCC, que también la cifra global de su deuda entre enero y junio de 2014.
No obstante, la compañía controlada por Esther Koplowitz señaló en su último encuentro con analistas que durante la segunda parte del año se producirían una serie de ajustes que le permitirían cerrar el ejercicio con un recorte de su endeudamiento.
Mientras, Sacyr sí ha logrado seguir rebajando su deuda a través tanto de la venta de activos como de la desconsolidación de su filial inmobiliaria Vallehermoso, que se produjo al cierre del tercer trimestre del pasado ejercicio. Por su parte, Ferrovial se ha mantenido en el entorno de los 5.500 millones de euros, con una leve variación al alza.
Refinanciaciones a la vista
En los próximos meses, ACS y Sacyr deberán afrontar sendos procesos de refinanciación de la deuda. La primera deberá renovar el compromiso adquirido con la banca en 2012, tras iniciar el desembarco del capital de Iberdrola, una operación que generó un agujero cercano a los 2.000 millones de euros en las cuentas de la compañía.
Mientras, Sacyr tiene pendiente el vencimiento del préstamo relacionado con su inversión en Repsol, que llegará el próximo mes de enero. La petrolera cotiza actualmente en el entorno de los 19,5 euros por acción, muy próxima a la valoración que mantiene en libros Sacyr del 9% que posee en la empresa presidida por Antonio Brufau.
