Nueva vuelta de tuerca al proceso de venta de Urbaser, la principal filial de medioambiente de ACS. Tras atravesar algunas vicisitudes que han complicado la operación, ésta ha vuelto a entrar en la recta final, hasta el punto de que la compañía que preside Florentino Pérez no descarta poder cerrar la venta antes de que finalice el presente ejercicio. Salvo sorpresas de última hora, el comprador será el grupo chino CNTY.
La venta de Urbaser ha sido uno de los caballos de batalla de ACS a lo largo de los últimos años, en los que ha sido puesta en marcha y suspendida en varias ocasiones. Desde finales del pasado año, el grupo de construcción, servicios y concesiones trata de colocar el que pasa por ser uno de sus activos más valiosos, sobre todo por la calidad de los contratos con los que cuenta.
Fuentes financieras señalaron a Vozpópuli que la operación está en su fase definitiva y que se resolverá en breve, probablemente antes de que finalice el presente año
Fuentes financieras señalaron a Vozpópuli que la operación está en su fase definitiva y que se resolverá en breve, probablemente antes de que finalice el presente año. Las previsiones de ACS pasaban por deshacerse de Urbaser antes del verano pero le falló la apuesta del gigante francés Suez, cuyo consejo de administración rechazó llevar a cabo la operación por considerarla excesivamente cara (la compañía española pedía unos 2.500 millones de euros por el activo).
Meses después, ACS estuvo muy cerca de rematar la venta con CNTY. Aunque el grupo inversor chino se echó atrás a última hora, la compañía española ha sido capaz de retomar las negociaciones, con el incentivo de haberse hecho con uno de los contratos de recogida de residuos urbanos en Madrid, a comienzos de este mes de septiembre, a través de una UTE con Cespa, filial de Ferrovial. Esa misma UTE contaba ya con un contrato del Ayuntamiento de la capital, aunque el cambio de gobierno y el nuevo esquema de la licitación añadieron algo de incertidumbre sobre la posibilidad de poder ganar alguno de los tres lotes que se ponían en liza.
ACS pretende cerrar cuanto antes esta desinversión toda vez que su objetivo pasa por lograr una calificación crediticia para acudir a los mercados de deuda en busca de financiación. En este sentido, resulta fundamental reducir el endeudamiento del grupo, que actualmente se va por encima de los 8.000 millones de euros.
Los planes de ACS pasan por abordar a medio plazo una fusión con sus filiales internacionales, la alemana Hochtief y la australiana Cimic. Las maniobras para llevar a cabo estas operaciones han quedado en suspenso debido al elevado precio al que cotizan esas empresas en bolsa, especialmente la compañía germana, que lleva tiempo instalada en zona de máximos históricos.