El gestor aeroportuario público AENA sigue preparando el terreno para su futura privatización aunque algunas de sus actuaciones chocan de frente contra su política de reducción de costes, enmarcada en la estrategia para el recorte de su abultado endeudamiento, una de las trabas más notables para la venta a potenciales inversores.
El último capítulo en este sentido ha sido el proceso que la compañía puso en marcha este lunes, consistente en una convocatoria entre los trabajadores de la compañía para ocupar determinados puestos vacantes debido al ERE llevado a cabo por la empresa para aligerar la plantilla. El proceso afecta aproximadamente a 250 plazas, un 21,5% del total de trabajadores que se han acogido al ERE.
Mediante este sistema, que fue aprobado a finales de la semana pasada y cuyas bases fueron comunicadas de inmediato a la plantilla para que los interesados comiencen a cumplimentar sus solicitudes, numerosos empleados de carácter temporal pasarán a tener la condición de fijos, mientras que aquellos a los que sustituyen proseguirán beneficiándose de la compensación acordada entre la compañía y los sindicatos a finales del mes de octubre, cuando cerraron las condiciones del ERE.
Los costes laborales constituyen una de las principales inquietudes de los potenciales interesados en la adquisición de AENA junto con el elevado endeudamiento de la compañía. Precisamente, el expediente de regulación de empleo puesto en marcha en los últimos meses estaba encaminado a reducir los costes de una plantilla que se considera sobredimensionada atendiendo a las actuales circunstancias de la empresa.
Plantilla desproporcionada
Sin embargo, el movimiento contrasta con la promoción a puestos fijos para cubrir parte de las plazas afectadas por el ERE toda vez que se llevará parte del ahorro generado por la racionalización de la plantilla del gestor aeroportuario. Los aeropuertos de Madrid y Barcelona serán los más afectados por la llegada de nuevos contratos fijos, en torno a 50 trabajadores.
En su día, potenciales compradores de AENA llamaron la atención sobre el endeudamiento que aún presenta la compañía pública, por encima de los 12.000 millones de euros, y también por la dimensión de la plantilla, que siguen considerando desproporcionada incluso después de llevarse a cabo el expediente de regulación de empleo.