El verano está a la vuelta de la esquina y pilla a Coca-Cola en un momento clave. La marca americana y su compañía 'hermana' en España, la embotelladora Coca-Cola Iberian Partners, han anunciado este miércoles una inversión conjunta de 50 millones de euros con la que modificarán, de aquí a septiembre, todas las botellas de vidrio que hay en los 300.000 bares y restaurantes españoles. Se fabricaran 170 millones de botellas de vidrio nuevas, que se crearán en todas las plantas que tiene ahora mismo operativas la empresa en España.
España es la auténtica 'patria del vidrio' de la empresa, un mercado que "consume cerca del 30% de los envases de vidrio que Coca-Cola comercializa en toda Europa". La idea es ofrecer más producto por el mismo precio, ya que se coge la medida histórica de 8 onzas de la botella original de 1915 (el diseño está inspirado en ese envase) y aumenta por tanto su volumen de 200 a 237 militros, lo que viene a ser un 'trago' más de bebida por el mismo precio. A partir de ahora, todas las botellas serán iguales y sólo se distinguirán por la chapa.
La empresa crece en ventas en lo que va de año por primera vez en un lustro, según su director general
La empresa arrancará este lunes otra de sus campañas publicitarias televisivas destinadas a apoyar a los bares, un sector que ha sufrido lo indecible en la crisis y que ahora pretende volver a ver la luz. Como también la empresa de bebidas, que después de 5 años con estancamiento o decrecimiento de ventas, "parece que en este principio de año está creciendo respecto al año anterior", según ha dicho el director general para España y Portugal, Jorge Garduño, quien ha indicado que ha habido que hacer ajustes en las líneas de producción, en etiquetadoras nuevas y también en apoyar a los bares en este nuevo proyecto.
Coca-Cola sigue con su proceso de renovación de su imagen después de un otoño y un invierno muy duros, en los que los reveses judiciales se han sucedido concentrados en un grupo díscolo de 238 trabajadores en Fuenlabrada, un conflicto aún por resolver dado que la reapertura de la planta madrileña en las condiciones que propone la empresa no convence a los sindicatos. En cualquier caso, Garduño ha dejado claro que con el resto de fábricas existía sobrecapacidad, dado que las fábricas que actualmente siguen funcionando (tras el cierre de Asturias, Mallorca, Sevilla y Madrid) tienen capacidad de sobra para fabricar todas las botellas necearias.
