De las grandes eléctricas, esas que desde hace décadas bregan con los gobiernos de turno para que la regulación les favorezca lo máximo posible, no todas se atreven a enfrentarse al actual Ejecutivo. Ése que les ha asestado un duro golpe a su retribución en esta legislatura, pero el mismo que ya ha puesto en marcha la maquinaria para convencer a toda la ciudadanía de que la recuperación ya está aquí y de que el paro es un problema del pasado, todo con vistas a seguir cuatro años más en Moncloa.
Así que los áulicos asesores de los presidentes de las grandes eléctricas andan estas semanas diseñando milimétricas estrategias para escenificar un razonable cabreo con el Gobierno por sus ajustes, pero sin tensar la cuerda en exceso por lo que pueda venir a partir de noviembre de 2015.
Un claro ejemplo del miedo escénico con el que se mueven algunos de los gerifaltes eléctricos lo tenemos en el sector renovable. Ha sido tal el hachazo a sus ingresos que ha aplicado el ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, que todos los afectados, ya sea por una vía o por otra, han presentado recursos ante el Tribunal Supremo contra el Real Decreto y la Orden Ministerial de junio, que consagran la desaparición del tradicional sistema de primas a las energías verdes.
Todos se han visto obligados a retratarse ante sus accionistas para defender los intereses de sus compañías tras las andanadas antirrenovables del Ejecutivo, pero unos han dado un paso al frente y otros no.
Hay miedo escénico en muchos de los directivos del sector energético, no por los recortes que ya ha habido, sino por los que puedan llegar a partir de 2015
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, el más agresivo contra el Gobierno hasta la fecha, no tardó en ordenar a su equipo jurídico que presentara un recurso contra la normativa renovable (salió publicado en el BOE el 10 de julio).
No le ha ido a la zaga el grupo Enel, cuyos activos renovables en España cuelgan de su filial Enel Green Power (EGP) tras segregarlos de Endesa cuando tomó su control en 2007. El nuevo jefe del grupo, Francesco Starace, antiguo máximo responsable de esta compañía, no se ha andado con chiquitas y ha ordenado que EGP dé la cara y presente también recurso individual ante el Supremo.
Su recurso contra las medidas del Gobierno fue admitido a trámite por el Alto Tribunal también el pasado 10 de julio.
Ni Galán ni Starace han optado por otra vía menos comprometida para enfrentarse al Gobierno por su política antirrenovable. Hay grandes compañías del sector que han optado por echarse a un lado y dejar que las patronales del sector sean las que presenten los recursos.
Éste es el caso de José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, compañía a la que el hachazo renovable, especialmente al sector eólico, le provocó la mayor parte de sus pérdidas en 2013, que se desbocaron hasta los 1.972 millones de euros.
Hay altos ejecutivos que prefieren 'esconderse' tras las siglas de las patronales del sector para no mostrar públicamente su frontal oposición a las medidas del Gobierno
Aún está por ver el impacto del recorte en sus cuentas para este año, pero el empresario madrileño ha optado por no mojarse ante el Supremo. Prefiere que sea la patronal que lidera, Asociación Empresarial Eólica (AEE), la que se enfrente al Ejecutivo ante el Alto Tribunal. Así ha sido, porque este lobby eólico ha presentado ya varios recursos: uno contra el Real Decreto, otro contra la Orden Ministerial y un tercero contra la orden de interrumpibilidad.
Entrecanales prefiere no personarse directamente en esta batalla, sabedor de que aún hay facciones muy poderosas en el seno del PP que le consideran el hombre de Zapatero que entregó Endesa a Enel, al aliarse con el grupo estatal italiano para tomar el control de la eléctrica española.
Y Acciona no solo vive de la energía, también lo hace de las concesiones en infraestructuras que adjudican los gobiernos de turno. Y la legislatura que comenzará a finales del año que viene, si no hay imprevistos, promete la vuelta al gasto público que durante los años de crisis ha estado congelado en España por mor de las exigencias de Bruselas sobre el déficit público.
También prefiere esconder la mano, al menos por ahora, el gigante catalán Gas Natural Fenosa (GNF), que como socio de AEE también ha delegado el mal trago. Su presidente, Salvador Gabarró, no quiere más batallas abiertas en Madrid, después de haber sido de los más combativos durante años contra el alto coste de las renovables. GNF cuenta con importantes intereses en el sector eólico.
Aún queda margen hasta septiembre para que los que se atrevan presenten recurso ante el Supremo. Otras patronales que se han personado en el Alto Tribunal han sido APPA (engloba todas las tecnologías verdes) y UNEF (sector fotovoltaico).