El FBI está investigando si el fabricante de automóviles Tesla engañó a sus inversores con falsas expectativas sobre la producción del Model 3 y otras partes de su negocio, según informó este viernes The Wall Street Journal (WSJ).
Según el diario neoyorquino, en las últimas semanas agentes del FBI han contactado con antiguos empleados de la empresa para entrevistarles y pedirles posibles testimonios en un caso penal.
Las pesquisas están lideradas por la fiscalía federal de San Francisco y se han intensificado después de que Tesla llegase recientemente a un acuerdo con la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC, en sus siglas en inglés) para evitar una demanda por fraude.
Ese pacto incluyó la salida de la empresa de su polémico fundador Elon Musk, cuyos mensajes sobre una posible salida de Tesla de la bolsa desencadenaron la acción del regulador.
La SEC denunciaba que una serie de mensajes que Musk había publicado en Twitter el pasado 7 de agosto sobre su intención de sacar a la compañía del mercado supuso un acto fraudulento que infló temporalmente el valor de las acciones.
En este nuevo caso, según el Journal, la investigación de las autoridades estadounidenses se centra en informaciones facilitadas por Tesla sobre la producción del Model 3, el vehículo más asequible de la marca.
La empresa presentó el Model 3 a comienzos de 2016 y en 2017 dio a conocer un ambicioso plan de producción con el objetivo de llegar a fabricar 5.000 vehículos a la semana para ese año.
Sin embargo, la compañía tuvo importantes dificultades para cumplir con esos pronósticos e incumplió varias veces los objetivos fijados, lo que valió numerosas críticas a Musk.
Proyecciones presuntamente falsas
Según el WSJ, las autoridades están estudiando si Tesla anunció esas proyecciones de producción a sabiendas de que era imposible cumplir con ellas.
En respuesta a la información, la empresa dijo este viernes que únicamente ha recibido una solicitud de documentos por parte del Departamento de Justicia sobre el Model 3 y que ha respondido a ella.
La compañía defendió además que desde el principio fue "transparente" sobre las dificultades que iba a entrañar la producción del automóvil y dijo que los objetivos tardaron en cumplirse más de lo esperado por problemas imprevistos.
Esta semana, Tesla, que nunca ha cerrado un año con beneficios, anunció que ganó 311,5 millones de dólares en el tercer trimestre del año, frente a los 619,3 millones que perdió en el mismo periodo de 2017.
Hoy, aunque retrocedieron momentáneamente tras conocerse la información del WSJ, las acciones de la compañía rebotaron rápidamente y terminaron la sesión en Wall Street con un alza de más del 5 %.