El capital riesgo ha lanzado un órdago por el juego en España. Los también conocidos como fondos buitre han visto una oportunidad de compra en las dinastías familiares que existen en este sector, mientras la sociedad y los representantes políticos debaten cada vez con más una regulación idónea. Unos fondos que, una vez aterrizados, están incorporando nuevas empresas a sus conglomerados de juego y concentran en sus manos gran parte de esta controvertida actividad.
Un ejemplo de ello es Cirsa. Este imperio del juego que creó el empresario almeriense Manuel Lao a finales de los años 70 pasó en hace un año a manos de Blackstone, la mayor firma de capital riesgo del mundo. A cambio de unos 2.400 millones de euros, este fondo se hacía con un conglomerado de 14.500 empleados y cerca de 150 empresas.
Y Blackstone ha engordado este imperio. En mayo de este año, Cirsa adquiría Giga Games System Operation a la familia de Juan Lao, hermano del antiguo propietario del grupo. Una operación que incluía la sociedad Gran Casino Costa Brava, propietaria del casino de la turística ciudad de Lloret de Mar (Girona), para aumentar su oferta de 148 casinos y más de 70.000 máquinas recreativas.
Su último movimiento fue la pasada semana con la compra del 50% que le faltaba de Sportium a GVC. Esto supone que 3.000 casas de apuestas, la mayor red en España, pasen a ser controladas en su totalidad por Blackstone, aunque esta operación todavía necesita el visto bueno de las autoridades de competencia. El apetito de este fondo de capital riesgo por el sector del juego hizo que se especulase con la posible compra de Kirolbet, el gran operador del juego en País Vasco, por parte de Cirsa. Una venta que el tanto el propio Grupo Kirol como Cirsa se encargaron de desmentir.
Sin esta operación, su liderazgo del sector del juego español ya es considerable. Cirsa cuenta con cuatro casinos, 37 bingos, 29.900 máquinas recreativas y 178 salones de juego. En España, el total son 199.417 máquinas recreativas (máquinas B), 3.150 salones de juego, 310 bingos y 53 casinos.
Batalla de fondos en Codere
En esta red también destacan las 9.383 máquinas recreativas, los 10.218 terminales de juego y los tres salones que tiene Codere, una compañía que por sus necesidades de recapitalización pasó a comienzos de 2018 a estar controlado también por fondos buitre.
Silver Point es el actual máximo accionista de Codere con el 21% de la compañía. Esta sociedad, con sede en Luxemburgo, es una filial de es grupo de capital riesgo estadounidense fundado por dos ex de Goldman Sachs. Otros fondos estadounidenses han aflorado en la compañía como Abrams Capital (8,7%) o Evermore Global (5,2%).
También destaca el 20,9% de Codere que está en manos de la entidad financiera británica Prudencial PLC. Su cotización en Bolsa abre la puerta a que más de diez fondos tengan el control de cerca del 70% de la compañía y hayan provocado la salida de la compañía de la familia Martínez Sampedro, fundadores y dueños del 14% del grupo. Este escenario hace que el líder de las apuestas deportivas presenciales en España, con el 30% del mercado, esté también en manos de fondos de capital riesgo.
Un mercado al alza
Estos fondos que han tomado el control de dos de los principales operadores de apuestas deportivas, Sportium y Codere, han visto una oportunidad en un negocio que España crece regularmente desde 2012 a un ritmo de aproximadamente un 20% anual, aunque entre 2016 y 2017 se frenó un poco hasta el 17,4%.
Así, el negocio de las apuestas deportivas ha pasado de 304,3 millones de euros de juego real de los aficionados en 2012 a 742 millones de euros en 2017, es decir, se ha multiplicado por casi 2,5 en seis años, varios de ellos en plena crisis económica, según describe el último anuario del juego de Codere.
Este último dato se desglosa en 305 millones online, 100 millones en la Quiniela, siete millones en apuestas hípicas y 330 millones en apuestas presenciales. Una última pata de este mercado al alza donde tienen mucho que decir los cerca de 10.000 puntos de apuestas que suman entre la empresa de Blackstone y la de Silver Point.