Una regla básica en teoría económica dice que, si a un productor se le aplica un nuevo impuesto, intentará repercutirlo a sus clientes para preservar sus márgenes. Y eso es lo que, según E.ON, quinta eléctrica española, ya están haciendo los diferentes agentes del sector ante el mero anuncio del Gobierno de que su reforma energética para acabar con el déficit tarifario (el descomunal agujero que se ha producido por el desfase entre ingresos y costes regulados del sistema eléctrico) se basará, fundamentalmente, en nuevos impuestos y tasas a la generación.
Así lo reconoce E.ON en su informe semestral de resultados, publicado este lunes. La compañía alemana señala que uno de los factores que ha influido al alza en el comportamiento de los precios de la energía en el segundo trimestre ha sido “el anuncio del Gobierno español de que planeaba aprobar una resolución en julio para introducir una nueva tasa a la generación”. Esa resolución, finalmente, no llegó, pero los precios energéticos, pese a la tendencia bajista, acabaron el segundo trimestre “en un nivel similar” al que tenían al comienzo del periodo, señala la compañía, que a cierre de 2010 controlaba un 3,54% del mercado español de generación, según estimaciones de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), y que es la única gran eléctrica que ha hecho alusión a los nuevos impuestos como elemento de presión sobre los precios.
El efecto alcista se ha producido incluso sin que ese paquete de medidas se haya aprobado aún, por las diferencias, reconocidas públicamente el pasado fin de semana por el ministro de Industria, José Manuel Soria, que mantiene este departamento con el Ministerio de Hacienda sobre cómo abordar. El retraso en su aprobación (que se dio por inminente en junio, después, en julio, y que ahora parece que llegaría a finales de mes), se debe, según Soria a su "complejidad". El paquete de medidas, dijo, en una entrevista a Europa Press, "irá al Consejo de Ministros cuando haya consenso en el seno del Gobierno" acerca de su contenido. El titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, es partidario de un tratamiento fiscal que no penalice a las energías renovables, a las que Soria ha relacionado en repetidas ocasiones con el incremento exponencial del déficit en los últimos años, por las primas que reciben.
El efecto inflacionista se produjo en el mercado a plazo OTC, según fuentes de E.ON
Fuentes de E.ON matizan que su afirmación sobre el efecto inflacionista del futuro impuestazo al sector no se refiere a los precios del mercado mayorista eléctrico (conocido como pool), donde se negocia la mayor parte de la energía, sino al mercado de derivados a plazo, también denominado over the counter (OTC), y en concreto, a los referidos al ejercicio 2013. Este mercado, que se caracteriza por su opacidad, es una de las referencias que se utilizan para fijar las muy discutidas subastas trimestrales para los comercializadores de último recurso (Cesur), que determinan el coste de la energía para los consumidores acogidos a la tarifa de último recurso (TUR), la mayoría de los domésticos.
Las sospechas de manipulación de estas subastas llevaron a la CNE a iniciar hace un año un expediente informativo que todavía no se ha resuelto y sobre cuyos resultados algunos consejeros del propio regulador se muestran escépticos en privado. Mientras se resuelve el expediente (encomendado a Joan Batalla, que antes de ser consejero del regulador fue jefe de gabinete de su entonces presidenta, María Teresa Costa), la investigación se ha saldado hasta ahora con la firma de un convenio entre la CNE y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que es la autoridad encargada de supervisar los mercados OTC.
El mercado OTC es uno de los factores que influye en la subasta que fija la tarifa doméstica
Una de las principales críticas a la Cesur, que funciona como una cobertura de riesgo sobre el precio que luego pagan las eléctricas cuando adquieren la energía que suministrarán, es que los precios que marca el mercado mayorista tras la celebración de estas subastas se sitúan sistemáticamente por debajo. Y las entidades que participan (compañías eléctricas, bancos y fondos de inversión) se quedan con la diferencia, que suele ser cuantiosa: según estimaciones del empresario fotovoltaico Jorge Morales de Labra, desde que se pusieron en marcha las Cesur, en julio de 2009, hasta junio pasado, el beneficio adicional para los agentes que han participado en esas subastas ha ascendido a más de 1.240 millones de euros sólo por ese diferencial.
Desde una gran eléctrica subrayan que las compañías tradicionales, a través de sus comercializadoras, apenas suponen un 11% de los agentes que participan en las Cesur. “Los participantes en dichas subastas son, fundamentalmente, vendedores con generación fuera de España (65% del total), con sede social en el extranjero (51%) y sin comercializadora de último recurso (89%)”, recalcan.
La última Cesur, celebrada el pasado 26 de junio, se cerró con un incremento de los precios de en torno al 10%, que obligó al Gobierno a subir la TUR casi un 4%.