Las energéticas seguirán siendo protagonistas en 2024 tras tres años captando grandes titulares. Los deseos de una estabilización de los precios de la luz, el gas o el petróleo vuelven a aparecer mientras la inestabilidad geopolítica golpea al sector. Las empresas se adaptan a un presente y futuro marcado por la descarbonización de la economía, algo que afecta al accionariado de los grandes imperios energéticos.
Como informaba Vozpópuli en noviembre, Naturgy y Cepsa son dos de las compañías que desde el sector financiero suenan en las quinielas de grandes movimientos accionariales por la posición de las firmas de inversión CVC y Carlyle. Dos fondos que aterrizaron en el accionariado de ambas compañías con un plan de inversión de cinco años que quedaría vencido en 2024 y, por la expectativa de que se moderen los precios tanto del gas como de los carburantes y por los planes de los otros accionistas, darían argumentos idóneos para buscar una salida ante una buena oferta.
En primer lugar, el fondo británico CVC, que controla el 20,4% de Naturgy desde 2018, mantiene una búsqueda activa de compradores para su participación en la energética valorada, actualmente, en 5.000 millones de euros. CVC aseguró a través de su responsable en España, el banquero Javier de Jaime, que mantiene plena confianza en la en Francisco Reynés y su equipo tras el aumento de dividendo que se anunció tras el ‘no’ fichaje de Ignacio Gutierrez-Orrantia como consejero delegado de Naturgy.
Pero en 2024 desde el sector financiero se insiste en que CVC no dejará de sondear el mercado para buscar la mejor propuesta. Una posible salida ahora sería una ‘operación redonda’. Los cerca de 5.100 millones que vale su participación en la gasista le llevaría a unas plusvalías de cerca del 35% frente al precio que compró la participación de Repsol en 2018.
El caso de Carlyle en Cepsa también está en el radar de alguna de las principales firmas de inversión. La firma de inversión, considerada uno de los mayores inversores del mundo, llegó a la petrolera española en 2019 tras el pago de 4.200 millones por el 37% al holding del Gobierno de Abu Dabi (Mubadala). Entonces, se consideraba un movimiento de Carlyle en la segunda mayor petrolera de España para sacar rendimiento al alza del precio del petróleo y sus derivados.
El plan de Cepsa ahora está focalizado en seguir exprimiendo sus activos petroleros mientras consigue sacar adelante apuestas de futuro como el hidrógeno verde o los carburantes renovables. Una senda de futuro que, según detallan desde el sector financiero, empuja a la rotación de activos para este tipo de firmas de inversión de corto plazo.
BlackRock mira a las energéticas españolas
El foco en las energéticas tampoco se separará en 2024 de BlackRock. El banco de inversión estadounidense es el máximo accionista de Repsol, el segundo máximo accionista de Iberdrola y la mayor accionista de Acciona tras los Entrecanales. A diferencia de Carlyle y CVC, el fondo que dirige Larry Fink no participa en el consejo de administración de estas compañías y se le considera una firma de inversión a largo plazo.
"España está infravalorada por los inversores”, aseguraba el propio Fink en el segundo foro de Sostenibilidad de BBVA. “Creo que tiene la oportunidad de ser el país transformador de Europa y un motor global de la descarbonización”, añadía. No se espera que sea uno de los protagonistas de estos movimientos, aunque como se define desde el sector financiero, nunca hay que descuidar a ‘los sospechosos habituales’.
Otro ‘sospechoso habitual’ esNorges Bank, el banco central de Noruega. Uno de los principales productores de petróleo y gas en Europa que ha sabido aprovechar el alza de los precios para apuntalar sus inversiones en transición energética. Norges es el segundo máximo accionista de Repsol tras BlackRock y el tercero de Iberdrola tras la firma estadounidense y Qatar.
El fondo soberano noruego basa su inversión en aquellas empresas con compromiso con el cambio climático en sus políticas de inversión y con en energéticas 'verdes' o en proceso de descarbonización. Por eso, cualquier giro inesperado en la estrategia de Repsol o Iberdrola podría reducir su participación.
Enel y su plan con Endesa
El otro gran accionista de referencia en las energéticas españolas es la italiana Enel, dueña total de Endesa con un 70% de su accionariado. Las cosas en la energética italiana han cambiado tras la llegada de Giorgia Meloni a la presidencia italiana y el nuevo consejero delegado de Enel, Flavio Cattaneo, desplazó a Francesco Starace de la vicepresidencia de Endesa.
Las últimas declaraciones públicas del grupo italiano Enel sobre Endesa es que no solo quiere mantenerse estable en el capital de la energética española, sino que planea invertir en la compañía cerca de 9.000 millones de euros hasta 2026. Un proyecto que quiere que siga capitaneando José Bogas, aunque siempre se seguirá mirando con lupa por parte del mercado la relación entre el directivo español y su dueño italiano.