Economía

La economía no se ralentiza, según la EPA: las horas trabajadas se disparan un 4%

El mercado laboral muestra una cierta resistencia justo cuando se esperaba una desaceleración.

  • Colas en una oficina de empleo en Madrid

El número de horas trabajadas aumentó un 4 por ciento interanual de acuerdo con los datos de la Encuesta de Población Activa publicados este miércoles. El montante total subió desde los 528,14 millones del tercer trimestre de 2014 hasta los 549,34 millones del tercer trimestre de este año. Esta tasa de incremento supera en un punto la ratio de creación de empleo, situada en el 3,11 por ciento anual, y revela que no sólo se están creando puestos de trabajo. También que esos nuevos ocupados trabajan más horas, por más que la retórica predominante diga lo contrario.

Y lo que es aún más importante: las horas trabajadas son el componente esencial que se tiene en cuenta a la hora de estimar la evolución del Producto Interior Bruto. Y ese aumento demostraría que la economía no se está desacelerando tanto como se pronostica. Es más, en tasas interanuales siguen incrementándose un trimestre tras otro. En el primer trimestre subieron un 1,7 por ciento; en el segundo un 3,2 por ciento, y en éste un 4 por ciento. Como se puede apreciar, la ralentización de este componente esencial del PIB no se está produciendo.

De hecho, las horas suben ininterrumpidamente desde el segundo trimestre de 2014. Y ahí precisamente se dio una particularidad que lo distorsionó todo. En ese año la Semana Santa cayó en el segundo trimestre, mientras que en el año anterior el periodo festivo se celebró en marzo y, por lo tanto, recayó en el primer trimestre. Al no practicarse un ajuste de calendario, los datos revelaron de repente un abrupto descenso de las horas debido a la distorsión introducida por la presencia de la Semana Santa y no por un empeoramiento de la coyuntura.

En contra de lo pudiera afirmarse, esta EPA confirma que la economía sigue contra viento y marea aferrada a su velocidad de crucero

Aunque el INE no lo desestacionaliza y por lo tanto se puede dar cierta volatilidad, su comportamiento interanual suele aproximarse bastante a la evolución real de las horas registrada en la contabilidad nacional que se usa para medir el PIB. De modo que el dato serviría para indicar una fortaleza de la economía algo mayor de lo esperado. En contra de lo pudiera afirmarse, esta EPA confirma que la economía sigue contra viento y marea aferrada a su velocidad de crucero. Aún así, los datos no están exentos de inquietantes sombras como el abultado número de parados de larga duración o el mayor aumento de la temporalidad en términos anuales. Harto preocupante se antoja el hecho de que durante los últimos doce meses la cifra de nuevos empleos temporales ascendiese a los 357.000 frente a los 178.000 indefinidos, señal de un deterioro de la calidad del empleo.

A pesar de ello, la EPA del tercer trimestre ha batido las expectativas y acumula seis trimestres consecutivos de alzas anuales de la ocupación cada vez mayores. Justo cuando se preveía que por primera vez el incremento anual fuese algo menor, el mercado laboral ha mantenido sorprendentemente el pulso.

Y si bien es cierto que la migración al exterior ha recortado la población activa y por extensión el paro, al mismo tiempo se olvida que todos los trimestres están jubilándose 80.000 personas mientras que los jóvenes que se incorporan por debajo a buscar empleo son menos debido a meras razones demográficas. Otro efecto no menor que también está pesando sobre el tamaño de la población activa.

Por lo demás, estas cifras se muestran coherentes con el comportamiento exhibido por el tiempo parcial en el trimestre. Mientras que la jornada completa se ha elevado en 150.000 efectivos, el empleo a tiempo parcial ha destruido 67.000 puestos de trabajo.

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