Bill Murray (Glasgow, Escocia) ha sido hasta hace un mes Consejero de Economía y Políticas Públicas de la Embajada Británica en España, país en el que lleva residiendo más de treinta años, lo que le ha permitido comprobar de primera mano la evolución económica que ha experimentado y las dificultades que le acechan ahora tras el paso de la pandemia.
Es graduado con honores por la Universidad de Glasgow en Economía e Historia Económica y Máster en Finanzas por la Cámara de Comercio de Madrid, y ha sido condecorado con la Orden del Imperio Británico (OBE) por los servicios prestados a los intereses británicos en el extranjero. En una entrevista con Vozpópuli comparte sus inquietudes respecto al futuro del Reino Unido y de España.
P: El Reino Unido parece que está empezando a sufrir las primeras consecuencias tangibles del Brexit: falta de personal y gasolineras desabastecidas, ¿cómo ve la situación allí?
R: Se está notando. Creo que la mayoría de los economistas esperaban unos costes a corto plazo porque hemos perdido el acceso libre al mercado más importante del mundo, de 450-500 millones de consumidores. Creo que siempre iba a haber costes de transición, la covid-19 ha sido por supuesto un factor añadido que ha complicado el tema, pero en el medio plazo depende de lo que haga en el futuro el Gobierno británico para estimular la economía. Está claro que tenemos un problema de baja productividad y esto hay que afrontarlo. Tenemos muchos retos pero también la economía británica tiene muchas fortalezas.
Salir de la UE en algunos sectores abre nuevas posibilidades, eso no quiere decir que vayamos a ser Singapur o que vayamos a introducir estándares en contra de los intereses del consumidor, esto no va a pasar, pero sí en algunos sectores da más cancha para experimentar como en fintech o inteligencia artificial.
P: ¿Por tener menos regulación?
R. Por tener regulación mejor. No necesariamente menos regulación, pero más acorde con las necesidades de la sociedad y de las empresas.
P: Frente a esos sectores que se pueden ver beneficiados, ¿cuáles son los principales damnificados?
R: Está claro que el sector agroalimentario está sufriendo. La mayoría de los economistas ya sabía que era el sector que iba a sufrir más. Es cierto que las cifras de exportación paulatinamente están mejorando. Sin duda hay trámites nuevos para las empresas. Creo que con el tiempo las empresas grandes se harán al papeleo, el peligro son las pequeñas y medianas empresas. Muchas, ante las dificultades nuevas, van a dejar de exportar y esto sí es un problema porque la exportación es una actividad de mucho valor añadido, los salarios tienden a ser más altos, la productividad en estas empresas es más alta…
El Gobierno británico está intentando ayudar a estas empresas a volver al mercado europeo. No vamos a tener el acceso que hemos tenido hasta ahora pero habrá sectores en el futuro, como el de servicios, donde el Reino Unido puede crecer con fuerza.
P: ¿Cómo cree que va a acabar el conflicto por Irlanda del Norte? ¿Cree que esto puede terminar en una guerra comercial?
R: Espero que no. Creo que sería un desastre para las dos partes. Hoy en día, con las cadenas de suministro que tenemos, el mundo está relacionado. Creo que la Comisión ha presentado unas propuestas sensatas que creo que van en la dirección correcta. Vamos a sentarnos ya para negociar y al final no creo que vayamos a ir a una situación de guerra comercial, esto no le interesa a nadie.
Creo que es vital llegar a un acuerdo rápido sobre el acceso de los bancos y las empresas europeas al mercado de derivados en Londres. Estamos hablando de un mercado que tiene un volumen anual ochenta veces superior al PIB de España. De momento, no hay liquidez en Europa para reemplazar este mercado.
La población del Reino Unido sigue dividida, según las encuestas, pero sigue habiendo una mayoría que quería y quiere Brexit
P: ¿Y la situación con Gibraltar?
R: Estamos negociando, estamos avanzando. La Comisión sacó su mandato, ya toca negociar la letra pequeña pero hay voluntad entre las dos partes de llegar a un acuerdo. Hemos avanzado mucho, llegamos a un acuerdo así que a finales del año que viene toca ya poner la letra.
P: Pese a estos retos, la previsión de crecimiento para el Reino Unido es positiva…
R. La economía está creciendo con fuerza. Este año el Reino Unido va a ser el país del G7 que más crece. Las previsiones del FMI dicen que Reino Unido va a crecer el 6,8% en 2021 y 5% el año que viene.
España y Reino Unido son los dos países grandes que sufrieron las mayores caídas en 2020 y es lógico que seamos los países que con más fuerza se van a recuperar. No hay mucha diferencia en las previsiones de crecimiento de España y el Reino Unido. España tiene el añadido de los fondos europeos, que es un impulso muy importante.
Pero es cierto que los últimos indicadores apuntan a la baja, no sólo en Reino Unido, también en China, por ejemplo. La confianza del consumidor en EEUU está en los niveles más bajos. La euforia de la reuniones del FMI en la primavera se ha desinflado bastante. Hay gente que habla de estanflación, yo creo que lo que tenemos es una subida de precios.
P: Ahora que se ven los efectos negativos del Brexit, ¿cree que la población británica se ha arrepentido?
R: La población del Reino Unido sigue dividida, según las encuestas, pero sigue habiendo una mayoría que quería y quiere Brexit. Esto es la voluntad democrática que no ha cambiado mucho desde 2016.
P. ¿Fue un error que se tomara esa decisión por mayoría simple?
R. Entramos en política pura y dura. No tenemos mucha tradición de referéndum, así que cambiar las reglas, cambiar la portería para este, hubiera sido difícil, polémico, complicado.
España y Reino Unido: relación comercial, turismo y problemas comunes
P: En su etapa como consejero económico de la embajada del Reino Unido en Madrid, ¿ha visto que haya aumentado el interés de las empresas británicas en invertir en España?
R: La relación comercial es impresionante. España sólo invierte más en Estados Unidos que en Reino Unido. Empresas como Santander, Telefónica, Iberdrola… están en las principales calles del Reino Unido y al mismo tiempo cada vez hay más empresas británicas que quieren invertir en España. El covid ha paralizado muchos proyectos pero España sigue siendo un mercado muy importante para las empresas británicas y no tengo dudas de que esto vaya a seguir así en el futuro. Con los cambios, además, que va a hacer el Gobierno gracias a los fondos del Next Generation, creo que va a haber mucho interés.
P: Una visión optimista entonces...
R: Creo que es la realidad empresarial. El mundo tiene muchos retos y son momentos muy complicados. El tema geopolítico, China, Rusia, el gas… son retos que muestran también la interdependencia de economías. También es cierto que las relaciones con Bruselas están ahora mismo dominadas por el tema de Irlanda del Norte y esto para las empresas no son buenas noticias, que tenga preferencia la política ante la economía. Hay nubes pero no sólo en la relación Reino Unido-España, sino en general. La economía mundial pasa por momentos difíciles.
Los bancos centrales no pueden seguir comprando deuda pública de una forma indefinida. El Banco de Inglaterra ya tiene 40% del PIB británico en su balance. El dinero gratis no puede ni debe durar siempre. Los gobiernos tienen que hacer su parte y poner sus cuentas fiscales en orden.
No son momentos fáciles para los banqueros centrales. El Covid supone un choque de oferta. Como decía Andrew Bailey, el gobernador del Banco de Inglaterra: una subida de tipos no va a incrementar el numero de camineros en el Reino Unido. Es pronto para hablar de estanflación pero el riesgo está allí.
La covid en las economías avanzadas empieza a ser historia, aunque en países como en Reino Unido haya un repunte que es preocupante, pero en los países emergentes más pobres sólo se ha vacunado a un 5% de la población. Si no avanzamos, habrá una cepa que dentro de poco importaremos. Hace falta una coordinación a nivel global que ahora mismo no existe, es un problema para la sociedad. El futuro va a requerir decisiones complicadas y una coordinación global que brilla por su ausencia.
El dinero gratis no puede ni debe durar siempre. Los gobiernos tienen que hacer su parte y poner sus cuentas fiscales en orden
P: En el mercado laboral se conjuga ahora mismo unas tasas de paro elevadas, como en España, y a la vez falta de personal para cubrir vacantes, ¿qué solución hay para este fenómeno?
R: Es un problema también en Reino Unido, muy importante. Está claro que el covid más que tener un impacto a largo plazo en el PIB, va a tener un impacto sobre la estructura de la economía. Habrá menos demanda para ciertas actividades, ahí el tema de la formación y educación es clave. España y Reino Unido tienen un reto común en este sentido: el de una baja productividad que realmente hay que afrontar. Cada país tiene sus propios problemas que tendrá que afrontar, pero el mundo está cambiando y las políticas tendrán que cambiar. Lo que es impresionante es que en el caso de España va a crecer entre este año y el año que viene un 12%, pero según el Gobierno y el FMI el paro va a seguir por encima del 14%, ahí algo no funciona.
Estamos hablando de un país que está firmando dos millones de contratos al mes. Es posible que el Reino Unido tenga un mercado laboral más ágil y flexible y esto ayuda en momentos de crisis, por eso cada país tiene que afrontar sus demonios. De ahí la insistencia de la Comisión Europea en que España tiene que reformar su mercado laboral. En el Reino Unido tenemos que afrontar las enormes diferencias que existen ente nuestras regiones y naciones.
España va a seguir siendo destino predilecto de los británicos, no tengo duda. Es un sector impresionante
P: Uno de los problemas que más están afectando a la sociedad y la economía es la subida del precio de la luz, que también impacta al Reino Unido, ¿qué medidas crees que habría que implementar?
R: La diferencia aquí es que en el Reino Unido para el consumidor hay un techo, lo que se llama un ‘price cap’. Las empresas no pueden traspasar la subida a las familias, esto está causando problemas. Es un problema mundial: Rusia juega con el suministro, la demanda de China ha aumentado con la recuperación, la OPEP tampoco está ayudando mucho (está intentando aprovecharse de la situación para mantener los precios altos)… a la larga la solución está clara, hay que ir hacia más renovables, energía verde, por eso la importancia del COP en Glasgow dentro de un par de semanas.
A corto plazo, ya hemos visto que la UE son 27 países con distintos intereses y es difícil acordar una reforma. Hay mucho efecto base y de aquí a un año vamos a estar en una situación más cómoda. Pero de aquí a fin de año todo apunta a que la inflación va a subir.
P: El turismo es uno de los que más ha sufrido con la crisis de la covid-19 y a esto se suma el brexit al hablar de turistas británicos, ¿cree que se va a recuperar verdaderamente?
R: España va a seguir siendo destino predilecto de los británicos, no tengo duda. Es un sector impresionante en España, cada año se reciben 70-80 millones de personas de fuera, tienes que tener una organización y un modelo de negocio increíble. Por la logística, por las cadenas que están detrás, es una industria en España que yo creo que impresiona, igual que la agroalimentaria. La gente no se da crédito de los activos que tiene en estos sectores. Habrá más competencia y el sector tendrá que reaccionar, pero hay más vuelos entre el Reino Unido y España que entre Canadá y Estados Unidos. No hay dos países que tengan tantos vuelos, creo que son 55.000 pasajeros al año. Es increíble la cantidad de británicos que tienen su casa aquí o son residentes. No me preocupa, el sector tendrá que cambiar su oferta pero creo que ya ha empezado a hacerlo este año. Pueden cambiar los hábitos así que el sector tendrá que cambiar, pero creo que las cifras del sector en España hablan por sí mismas.