La crisis de los precios de la energía ha cambiado las necesidades de los consumidores. El descontrol del precio de la luz y los carburantes hace que los clientes miren primero por sus bolsillos. Y negocios como las gasolineras ‘low cost’ o automáticas han notado esta tendencia. Su fuerte apuesta por los precios bajos en su venta de carburante les ha llevado a devorar parte del mercado de Repsol, Cepsa o BP.
“Tenemos un modelo que reduce considerablemente los costes fijos y que permite rebajar el precio frente a otros competidores”, comenta con Vozpópuli el presidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (AESAE), Manuel Jiménez Perona. Su receta se fundamenta en levantar sus gasolineras en parcelas más pequeñas y más baratas que las estaciones convencionales, por eso su localización se centra en polígonos y parcelas a las afueras de los centros urbanos.
Su papel de ‘independientes’ les da la libertad de comprar el carburante al operador que mejor precio les ofrezca y su reducción de costes se limita en limitar el personal de sus estaciones al mantenimiento y gestión de la estación. Estos ingredientes se trasladan al precio final y han conseguido que las gasolineras automáticas pasen de tener una cuota de mercado del 9% antes de la pandemia al 12,5% que han logrado en este 2021.
Los cálculos de Aesae muestran que, de media en España, sus estaciones ofrecen un ahorro de cerca de 13 céntimos por litro tanto a los consumidores de gasolina como a los de gasóleo. Una estimación que se traduce en un ahorro anual de más de 300 euros al año, lo que equivale a un 1,5 % del presupuesto de una familia media en España.
Para la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), la asociación que integra a Repsol, Cepsa, BP, Galp o Eni, consideran que su negocio y el de las gasolineras ‘low cost’ o ‘desatendidas’ son “modelos de negocio muy distintos”. “Existen unos costes operativos muy diferentes, las estaciones desatendidas ponen la atención en el precio y las tradicionales colocan el foco en la atención al cliente”, comentan a este medio desde la AOP. “Que coexistan los dos modelos demuestran que hay alternativas para todo tipo de clientes en función de sus necesidades”, añaden.
El precio se ha convertido en un factor clave para el consumidor de carburante español. "España es el país de la Unión Europea donde más ha subido el precio de la gasolina en 2021, registrando un aumento del 22% con respecto al mes de enero, superando el precio medio de la zona euro (140 céntimos)", explican desde Aesae. "En concreto, la diferencia que marcaban los monolitos a principio del año pasado comparados con los números de diciembre de 2021 es de 26 céntimos el litro", comentan desde este grupo de empresas tras analizar la evolución del precio de la gasolina a lo largo de 2021, según datos del Geoportal del Ministerio para la Transición Ecológica.
Gigantes ‘low cost’
El incremento de este tipo de gasolineras está creando grandes operadores ‘low cost’. La principal enseña es Ballenoil, una marca creada por los empresarios Juan Sanz y a David Querejeta, que en 2021 ha aumentado un 42% sus ventas hasta superar los 334 millones de litros vendidos. Una empresa que, según el Registro Mercantil al que ha tenido acceso este medio a través de la herramienta Insight View, ha pasado de facturar 4,3 millones en 2011 a los cerca de 200 millones actuales.
"El incremento de precios de los últimos meses ha producido un aumento de la demanda de nuestro modelo de negocio”, explican desde Ballenoil a este medio. “Los clientes no solo vienen a Ballenoil por el precio si no por la confianza que generamos después de tantos años en el mercado, donde invertimos en aditivar el producto y mejorar los sistemas de pago agilizando el repostaje para facilitar la gestión al cliente. Lo que significa que ayudamos tanto económicamente como optimizamos el tiempo de las personas", destacan desde esta compañía de gasolineras ‘low cost’.
Ballenoil cuenta ya con una red de 164 estaciones de servicio en toda España. Un dato que está muy lejos de los 3.331 de Repsol o 1.504 de Cepsa, según los últimos datos de la AOP. Entre los asociados de esta asociación de grandes marcas de carburantes suman un total 6.180 gasolineras en España. Las gasolineras independientes, las cooperativas y las vinculadas a cadenas de hipermercados alcanzan un total 5.470 estaciones de servicio.
Otro de los operadores destacados de las gasolineras ‘low cost’ es Petroprix. Una enseña que también ha vivido un incremento de sus ventas en la última década, de 1,7 millones en 2013 a 177 millones en 2020, y que cuenta con una red de 100 gasolineras en España. "Desde el origen de Petroprix, hemos apostado por un modelo eficiente, basado en la innovación y en el desarrollo de tecnología propia, para poder ofrecer a nuestros clientes un producto de la máxima calidad a un precio competitivo", afirma Manuel Santiago, presidente de Petroprix. "La eficiencia en el modelo de negocio de Petroprix y la constante innovación y mejora de nuestra tecnología permite que los conductores que eligen nuestras estaciones de servicio puedan ahorrar al repostar, frente a aquellos que optan por el modelo tradicional”, comenta a este medio Jaime Vega, director general de desarrollo de negocio de Petroprix.
Espacio por recorrer
Los representantes de este modelo de gasolineras celebran el ahorro que han conseguido generar en los consumidores en estos tiempos de altos precios. Según un estudio reciente que comparten desde Aesae, la diferencia de precio que ofrecen las gasolineras automáticas y las tradicionales ha aumentado un 8% durante los últimos meses. “El ahorro anual generado por el modelo automático, según datos de la OCU en abril de 2018, oscilaba entre los 280 y los 320 euros al elegir la gasolinera más barata”, comentan desde la asociación.
Su futuro estará marcado por su aceptación tanto en el cliente como en la Administración. “Aunque las automáticas son un modelo que está en auge en España, aún siguen existiendo trabas por parte de organismos locales para su implantación. Así, desde la Asociación denuncian que las limitaciones que les ponen son partidistas y no obedecen al interés general, sino al de unos pocos”, reivindica Manuel Jiménez Perona.