El Gobierno se endeuda más de lo previsto. El Tesoro Público ha aprovechado la rebaja del coste medio para emitir casi 70.000 millones de euros en deuda pública en los nueve primeros meses del año. Se trata de 15.000 millones más sobre el objetivo anunciado a inicios de año en plena caída de los tipos de interés.
La financiación neta del Estado cerró en los 69.800 millones a septiembre, según los últimos registros oficiales. Como suele ser habitual, el grueso se ha centrado en bonos y obligaciones, con cerca de 67.000 millones.
Tras el ciclo histórico de subidas del precio del dinero, el coste medio se disparó al 3,42% en 2023 y alcanzó niveles máximos desde antes del rescate financiero. Lejos quedaba cuando el Estado se financiaba a coste cero, incluso a tipos negativos. En 2021 el coste medio de las emisiones del Tesoro alcanzaba el -0,04%.
Moncloa acaba de remitir a Bruselas el plan fiscal hasta 2031, en el que contempla un ajuste de 6.000 millones al año, cerca del 0,4% del PIB
El cambio en la política monetaria, con tres rebajas de los tipos este año (junio, septiembre y octubre) ya se dejó sentir antes incluso del último recorte, anunciado por el Banco Central Europeo (BCE) el pasado jueves.
El tipo medio de financiación de las nuevas operaciones del Tesoro ha ido reduciéndose mes a mes desde finales de 2022. En septiembre, según los últimos datos disponibles, cayó al 2,917%, niveles mínimos de enero de 2023. En lo que va de año, el coste medio alcanza el 3,23%, frente al 3,425% del pasado ejercicio.
Fuentes oficiales del Ministerio de Economía explican que las emisiones van más avanzadas que los vencimientos de deuda, que irán rebajando la financiación neta en los tres últimos meses del año.
El BCE se retira
El acelerón en la emisión también se anticipa al repliegue del Eurobanco, que poco a poco se está retirando como gran comprador de deuda pública. En Fráncfort se activó en marzo de 2023 un plan para dejar de reinvertir progresivamente los bonos adquiridos de forma masiva en la pandemia. De hecho, desde entonces ha recortado casi 27.000 millones los bonos y obligaciones del Estado español.
El BCE tiene en sus manos 386.407 millones en deuda pública española que representan el 28,15% del total. Cuando inició el cambio de política monetaria contaba en las arcas del Banco de España, a través de quien canaliza las adquisiciones, 413.125 millones.
El Gobierno acaba de enviar a Bruselas el plan fiscal estructural, que marca una senda de gasto para corregir el desfase de las cuentas públicas y la deuda. Contempla un ajuste de cerca de 6.000 millones al año, el 0,4% del PIB, en dicho plan, que servirá de base para los próximos cuatro años (aunque se extiende durante siete).
Prima de riesgo
Con este ajuste y combinado con un crecimiento potencial promedio del 1,6%, el gasto primario neto del Estado crecerá un 3% promedio hasta 2031. Esta métrica será la que marque las nuevas reglas fiscales de la Comisión Europea a partir de 2025.
Tras la retira progresiva del BCE, el reto para el Estado será mantener una base de inversores fieles que permita mantener la caída del coste medio. Y siempre a expensas de que los mercados puedan tensionar la prima de riesgo española, que lleva tiempo contenida aunque a cierta distancia de sus comparables (Portugal e Irlanda, que también fueron rescatados en plena crisis del euro).
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