Iberostar va a obligar a la Comisión Europea a ‘mojarse’ más por la Helms-Burton. La hotelera y sus abogados presentaron el pasado 15 de abril una solicitud en la que piden al Ejecutivo comunitario que les autorice para responder a la demanda presentada por una familia de origen cubano por la explotación de un hotel en Cuba, según consta en la documentación a la que ha tenido acceso Vozpópuli.
Se trata de la primera vez que una empresa europea formula una solicitud de este tipo y va a obligar a la Comisión Europea a posicionarse todavía más en este espinoso asunto. Desde que se activó la polémica ley, la Unión Europea se ha mostrado en contra de su aplicación y ha señalado en varias ocasiones que debilita la alianza translantática, además de generar fricciones a cuenta de los pleitos.
Desde el principio, las autoridades europeas han señalado que la existencia del Estatuto de Bloqueo blinda a las compañías ante cualquier demanda. Se trata de un recurso legal que ofrece medidas de protección a empresas y particulares europeos afectados por la aplicación extraterritorial de leyes americanas.
Este estatuto establece que los demandados no tienen obligación de responder y, si lo hacen, deben contar con autorización previa de la Comisión Europea, que es lo que ha pedido ahora la hotelera española. La normativa también recuerda que las sentencias de tribunales americanos con origen en la Helms-Burton no tendrán ningún efecto en territorio europeo. Si Iberostar responde a la demanda sin autorización previa, se expone a una multa por parte de las autoridades europeas.
Sentará un precedente
Tras esta petición cursada por Iberostar, la Comisión Europea afronta un importante dilema. El Ejecutivo comunitario se ha mostrado desde el principio muy beligerante con estos pleitos y España también anunció que iba a rechazar cualquier notificación que ‘huela’ a Helms-Burton, pero si no permite a Iberostar que se defienda, puede crear un problema a la hotelera y dejarla a la merced del juez americano de turno.
Con la negativa en la mano, la empresa que preside Miguel Fluxà previsiblemente comunicaría esta decisión al juez americano. Y aquí se abre un nuevo periodo de incertidumbre: el juez, por ejemplo, podría mostrarse comprensivo y archivar la causa dado que Iberostar no puede defenderse, pero también podría decidir continuar con el juicio, lo que implicaría que la hotelera podría ser juzgada en rebeldía. Y a partir de ahí, todos los problemas que se puedan derivar no solo de índole jurídica o económica, sino también diplomática en un momento en el que Josep Borrell es el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior. En resumen, sentará un importante precedente de cara a futuras demandas y peticiones que reciba de otras compañías.
No obstante, lo cierto es que por ahora el juez que lleva el caso ha mostrado cierta sensibilidad al lío jurisdiccional de la demanda. Iberostar, que está asesorado por Bird & Bird y Holland & Knight, le pidió el pasado 23 de abril la suspensión del procedimiento hasta que la Comisión Europea se pronuncie y el juez ha aceptado la petición. Previamente, también accedió a la petición de la hotelera a ampliar los plazos para responder a la demanda, tal y como adelantó este diario.