El anuncio del relevo de Florentino Pérez al frente de ACS, realizado por él mismo en una entrevista televisiva, no fue ni mucho menos casual. El ejecutivo dio el paso después de mantener reuniones con sus principales socios en el grupo constructor, que le manifestaron su intención de salir de la compañía ante el descontento por su gestión. Ante esta situación, Pérez, que ha tratado en vano en los últimos meses de encontrar nuevos socios para la compañía, accedió a proclamar un relevo que, eso sí, aun no tiene fecha.

El fondo estadounidense Southeastern se ha sumado a la lista de accionistas de referencia de ACS que ha decidido emprender una discreta salida del grupo que preside Florentino Pérez. Presente como accionista de referencia desde hace más de seis años, la entidad ha colocado en el mercado un 2% del capital de la compañía aprovechando el buen momento que atraviesa en bolsa para minimizar pérdidas. Southeastern toma así el camino que también han emprendido Banca March y los Albertos y que ha anunciado Iberostar.  

La tensión sigue instalada en el accionariado de ACS aunque el ejercicio que está próximo a terminar no ha sido tan turbulento como el anterior. El presidente del grupo, Florentino Pérez, está en busca de nuevos inversores porque sabe que una buena parte del capital, que alcanzaría hasta el 25%, tiene la intención de salir de la compañía en el corto plazo. Algunos, como Iberostar, incluso lo han manifestado públicamente. Otros, optan por una vía más discreta.

El consejo de ACS del pasado jueves fue uno de los más duros que ha tenido que afrontar Florentino Pérez al frente del grupo constructor. Finalmente, logró que se aprobara el dividendo complementario, que supone una doble recompensa para él: cierto alivio financiero y congraciarse con los socios más asfixiados económicamente y que habían dirigido sus miradas hacia él cuando ACS suspendió el dividendo a cuenta. Eso sí, el precio puede resultar muy alto: Banca March, principal accionista de del grupo y opuesto a la retribución al accionista debido a las fuertes pérdidas, le lanzó un ultimátum: un próximo paso en falso tendrá consecuencias.

ACS celebra dentro de dos días un consejo de administración que se promete tenso. Además de firmar las peores cuentas de la historia del grupo constructor, los miembros del máximo órgano ejecutivo de la compañía deberán tomar una decisión sobre la posibilidad de otorgar un dividendo complementario, decisión que enfrenta a Banca March, principal accionista y partidario del ‘no’ con el resto de socios, a los que la retribución les permite afrontar sus respectivos servicios de deuda. 

La operación de venta de autocartera llevada a cabo por ACS, por la que ha ingresado 360 millones de euros, ha hecho que los socios más apalancados de la empresa hayan propuesto destinar la cuantía a la entrega de un dividendo complementario que sigue en el aire después de haberse cancelado la retribución a cuenta. Banca March, el mayor accionista del grupo constructor, no lo ve con buenos ojos. 

Los apuros se multiplican para los principales accionistas de ACS. Las consecuencias del deterioro de sus finanzas y de su valor en bolsa han repercutido ya en Banca March, los Albertos y ahora en el grupo turístico Iberostar, que se ve obligado a llevar a cabo una ampliación de capital de 150 millones de euros en el marco de un proceso de refinanciación complicado por la caída de las acciones del grupo constructor que preside Florentino Pérez.

La situación financiera de ACS y la incertidumbre en torno al futuro del dividendo del grupo constructor ha hecho que la tensión aparezca en las relaciones entre los socios. El último episodio tiene al presidente de la compañía, Florentino Pérez, y a los Albertos como protagonistas. Alcocer y Cortina, que solían solicitar a la banca un aplazamiento de los vencimientos de diciembre a la espera de la retribución a cuenta de ACS, que se pagaba en febrero, vendieron un paquete de acciones de la empresa para poder atender esos compromisos. Este hecho repercutió negativamente en la cotización y provocó el enfado de Pérez.

Un jarro de agua fría cayó sobre algunos ilustres accionistas de ACS el pasado viernes, cuando su presidente, Florentino Pérez, anunció ante los analistas que la compañía eliminará el dividendo a cuenta por las pérdidas que registrará a consecuencia de su inversión en Iberdrola. Aquéllos que compraron títulos con la constructora en máximos, fuertemente apalancados, ven como la principal fuente de ingresos para pagar los créditos se agota. Entre ellos se encuentran Miguel Fluxá, los Albertos, Fernández Tapias… y hasta el propio Pérez.