La Comisión Europea pretende seguir muy de cerca a España para comprobar si cumple o no con el objetivo de déficit. En una cesión más de soberanía, el Gobierno de Rajoy ha de enviar el proyecto de Presupuestos 2014 a Bruselas antes del 15 de octubre. A su vez, la Comisión tendrá mes y medio para dar su opinión y pedir una revisión del borrador si considera que hay riesgos de desviaciones.
Por si esto fuera poco, con el objeto de hacer un seguimiento más continuo de las cuentas públicas, la Comisión ha nombrado a un especialista económico que estará ubicado en Madrid con carácter permanente, según explican fuentes de Bruselas.
Este nuevo marco de control 'ex ante' se estrena este año para todos los presupuestos nacionales de 2014 y, por lo tanto, está por ver con qué fuerza la Comisión impone su criterio. Naturalmente, las conversaciones y negociaciones entre bambalinas desempeñarán un papel muy importante. No obstante, si atendemos a la forma en que España se ha ceñido al pie de la letra a todas las recomendaciones de Bruselas, se puede concluir que las indicaciones comunitarias tendrán un peso determinante en la confección final de las cuentas públicas.
De acuerdo con el artículo 7 del reglamento europeo número 472/2013, la Comisión emitirá una opinión sobre el plan presupuestario como muy tarde el 30 de noviembre de cada año. No obstante, tras una consulta de una semana con el Ejecutivo en cuestión, si Bruselas constata un incumplimiento especialmente grave de las obligaciones de política presupuestaria establecidas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, entonces adoptará un dictamen antes de que transcurran dos semanas, en el cual solicitará la presentación de unas cuentas revisadas en el plazo de tres semanas. Y dicho requerimiento se justificará y se hará público.
De la recomendación a la sanción
Aunque la Comisión no puede rehacer por sí misma los Presupuestos, sí que podrá emitir una recomendación y trasladar sus conclusiones al Eurogrupo, donde se discutirán y muy probablemente se impondrán. Es más, según el artículo 10 de dicho reglamento, el Estado inmerso en un Procedimiento de Déficit Excesivo, como es el caso de España, tendrá que informar periódicamente de su ejecución presupuestaria. Y de acuerdo con el artículo 11, si la Comisión detecta un riesgo de incumplimiento, entonces dirigirá directamente al país supervisado una recomendación. De no acatarse, finalmente se iniciará el camino de las sanciones financieras trazado en el artículo 12.
Este reglamento bautizado como el ‘Two-Pack’ obliga a basar el presupuesto en previsiones macroeconómicas independientes, de ahí que el Gobierno haya tomado como estimación del crecimiento el 0,7 por ciento fijado por Funcas. El ‘Two-Pack’ recoge además la creación de unos consejos fiscales independientes que vigilen el estado de las cuentas, como la recién constituida Autoridad Fiscal Independiente, que este mismo año empezará a brindar información a cualquier diputado sobre la marcha de la ejecución presupuestaria casi en tiempo real.
Estas medidas suponen un paso más en las cesiones de soberanía fiscal a Europa. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento de 1997 ya estableció los límites del 3 por ciento de PIB de déficit y del 60 por ciento del PIB de deuda, así como los Procedimientos de Déficit Excesivo. Y el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza Europea, conocido a veces en su faceta fiscal como 'Fiscal Compact', ya exigió a los países que grabasen a fuego la disciplina presupuestaria en la legislación nacional.
El llamado ‘Six-Pack’ fija de manera más concreta cuáles son las desviaciones susceptibles de castigo, articula los Procedimientos por Desequilibrios Macroeconómicos y regula las sanciones.
En el ciclo de coordinación del Semestre Europeo que tiene lugar entre enero y junio, los gobiernos presentan sus planes nacionales de reforma y de estabilidad. Una vez tiene éstos en sus manos, la Comisión elabora sus recomendaciones. En las últimas, incluso impuso a España un calendario muy preciso. Sin embargo, desde este año se incorpora además un control previo a las cuentas con la intención de cerrar este exhaustivo círculo diseñado por las instituciones europeas.