No hay una decisión tomada por el Banco de España. Sin embargo, el sector se prepara ya para la futura supresión de las cláusulas suelo ante la exigente monitorización a la que le está sometiendo el supervisor. A finales de julio, todas las entidades entregaron en Cibeles un estudio en el que debían especificar el impacto que tendría una posible retirada de las cláusulas suelo en sus cuentas de este año, el que viene y 2015. Contrariamente a lo que consideraba el sector, que pensaba que este dossier tendría un mero carácter orientativo, el supervisor ha tomado como referencia este estudio para iniciar una severa monitorización en el que las entidades están reportando mensualmente las variaciones de este impacto.
"Cuando el supervisor inicia una monitorización de estas características es el signo inequívoco de que, tarde o temprano, habrá que adoptar la medida sobre la que se ejerce el control", explican desde el sector. De hecho, algunas entidades reconocen que el Banco de España les ha insinuado que la supresión de las cláusulas suelo podría producirse en el próximo trimestre.
En esta monitorización mensual, cada entidad debe informar de cómo evoluciona el margen de intermediación (margen financiero) y el ordinario, que incluye las comisiones y las operaciones financieras, si se procediese a la supresión de las hipotecas con suelo. Además, también deben precisar cuántos créditos hipotecarios tienen con garantía real (avales, locales, etcétera), cuántos con garantía hipotecaria y cuántos están firmados con particulares.
El único apartado del informe que no deben actualizar las entidades es la información relativa a la forma de actuación ante las posibles reclamaciones. Desde el sector se sigue insistiendo que el plan de las entidades es dar una solución individual a cada cliente que presente una revisión de su hipoteca con suelo.
Sólo durante 2012, el Servicio de Reclamaciones del Banco de España recibió 950 quejas de clientes bancarios afectados por estas limitaciones hipotecarias. Es decir, casi el doble de las resueltas en el ejercicio anterior. De hecho, esta cuestión acapara ya un 6,6% de los casos resueltos, el tercero por detrás de los problemas generados en la liquidación de depósitos y créditos.
Precisamente, esta división del supervisor ha incluido un análisis de la sentencia del Tribunal Supremo, que obligó a BBVA, Novagalicia y Cajamar a eliminar las cláusulas suelo de sus clientes particulares, en su último informe anual relativo a 2012.
Son tres los aspectos fundamentales que el Banco de España señala en su análisis sobre las "cláusulas suelo" y el efecto en las hipotecas. Aunque parte de la base de que esta limitación es aplicable, se exige: que se encuentre debidamente recogida en el contrato hipotecario, extremando las cautelas que aseguren el conocimiento de su existencia; que se haga con anterioridad a la firma de los contratos hipotecarios; y que se informe sobre el impacto que tendrían en el caso de que se trate de hipotecas bonificadas por la vinculación del titular con el banco a través de diferentes tipos de productos contratados.
Nada más conocerse la sentencia, las tres entidades condenadas, BBVA, Cajamar y Novagalicia Banco anunciaron la retirada de sus hipotecas con cláusulas suelo, lo que hizo pensar, inmediatamente, en que el resto de las entidades seguirían este movimiento en cascada. Sin embargo, tanto BBVA como Cajamar han pedido la nulidad de la sentencia, paso previo para solicitar amparo al Tribunal Constitucional, incidente que está a la espera de ser estudiado por el Supremo.
Mientras tanto, hasta que los jueces digan la última palabra, buena parte de la banca está rebelándose y se niega a aplicar la sentencia. De hecho, el fallo del Supremo amenaza un volumen de ingresos anuales para la banca que supera los 1.300 millones, según cálculos del propio sector.
BBVA acapara casi un tercio de esos ingresos. Según reconoce la propia entidad, el impacto neto en resultados asciende a 420 millones en un año, cifra que puede incrementarse en función del comportamiento del euríbor. La anulación de las cláusulas suelo castigará los resultados de la división española del banco presidido por Francisco González que registrará pérdidas a lo largo de este ejercicio. Mientras, en el caso de Sabadell y Popular la medida tendrá un impacto en el entorno de los 100 millones anuales.