Bank of America-Merrill Linch se ha sumado a la euforia sobre España. Si hace apenas dos semanas Morgan Stanley gritaba "¡Viva España", el pasado viernes Merrill decía que por primera vez en más de cuatro años (lo que equivale a decir por primera vez desde que empezó la crisis) hay que comprar renta fija bancaria, por encima de cualquier otra opción. “España ha sido la gran historia de los mercados” desde la vuelta de las vacaciones, con un gran rally en los bonos de BBVA, Santander o La Caixa.
Así, Merrill titula su documento sobre el que sustenta España como gran idea de inversión mundial con “The gain in Spain: que no pare la fiesta!”. El título hace juego de palabras con la frase The pain in Spain, latiguillo con el que se atizó a la economía doméstica desde todos los flancos a finales del primer trimestre del pasado ejercicio.
Fueron tiempos en los que los especuladores bajistas crearon una fuerte crisis de deuda soberana, lo que llevó al Gobierno a pedir un rescate bancario y evitar in extremis una intervención en toda regla al país.
¿Excesivo?
Sin duda, España era la apestada de los mercados internacionales. Pero ahora, repentinamente, se ha dado la vuelta a todo. Las grandes casas poco a poco están generando un estado de opinión favorable que comienza a ser calificado de excesivo. Las firmas financieras domésticas apuntan que ni antes era la situación tan agónica ni ahora es razonable esta explosión de optimismo sobre España.
En cualquier caso, BBVA o Santander han rebajado durante septiembre las rentabilidades en sus bonos de referencia en unos 40 puntos básicos. Un bono de BBVA ofrece una TIR del 4,00%, es decir, cotizan en mercado claramente mejor que la deuda española.
“Los bonos de bancos españoles siguen baratos pese al reciente rally”, aseguran desde el banco de inversión estadounidense. “Son más atractivos que otros sectores”, dicen. Y otra cosa: “si se quiere exposición a España, mejor a través de sus bancos”.
Así están las cosas: los grandes brokers internacionales se deshacen en elogios hacia España. Este parece haber sido el año del rebote y el siguiente debería traer cuestiones como la ligera creación de empleo y, por supuesto, la actividad corporativa creciente, en forma de salidas a bolsa, adquisiciones y emisiones. En esto están ya las grandes firmas internacionales.