Ayer quedó confirmado que el Banco de España, comandado por Luis María Linde, penalizará a las entidades financieras que tengan su pasivo bancario con tipos excesivamente altos. La imposición se ha realizado sin mediar documentos por medio, mediante llamadas de teléfono y entrevistas, a la espera de una comunicación más institucionalizada. Una sugerencia obligatoria. Esta novedad llega en línea con la regulación europea, que no quiere extratipos en grupos con ayudas públicas o de complicada solvencia y se traduce en que el tradicional depósito bancario deja de ser de facto un instrumento de inversión. Hay mucho dinero que elegirá otras opciones en el futuro a partir de ahora, antes que cuentas bancarias.
Una anécdota ilustra lo apresurado de la situación: por la mañana del miércoles, el banco ING anunciaba en programas radiofónicos su promoción consistente en la devolución del 2% de los recibos domiciliados. A media mañana, hacían pública la cancelación de la oferta. Una reacción fulminante. El banco naranja ha sido tradicionalmente uno de los que más alto ha remunerado al cliente.
La recomendación desde Cibeles indica que no se puede tener más del 15% del pasivo con extra tipos, considerados estos como superiores al 1,75% a un año y del 2,75% a dos años. Esas son las cotas que el Banco de España ha trasladado a la banca como válidas y que el sistema español acatará a rajatabla.
Mensaje recibido
Al ser una comunicación oral, de momento no tiene ningún tipo de carácter vinculante, pero todo el mundo ha recibido el mensaje: no puede ser que bancos nacionalizados o con serios problemas compitan de esta manera en el mercado. Lo dicen desde Cibeles, desde Frankfurt (BCE) y desde Bruselas.
El regulador quiere que se protejan los márgenes. Si con los actuales tipos de interés (Eonia casi al 0%, Euribor al 0,5% y mínima concesión de crédito, además) el margen financiero que se puede obtener es mínimo, con tipos elevados en entidades ‘complejas’ el saneamiento bancario se ve lastrado.
Desde una entidad financiera del Ibex comentan que “si en España hay 1,4 billones a un coste de captación medio del 1%, es decir, 14.000 millones de euros, el regulador pretende inyectar en los márgenes más o menos la mitad de esa cifra”. Unos 7.000 millones, “que no está mal”.
Esto, eso sí, “certifica el final del depósito como instrumento de inversión”. Por ejemplo, el Depósito Gasol, de Banco Popular, el más alto del mercado, ya ha ajustado su remuneración desde el 3,75% al 1,75%. La entidad ha tenido que abordar una enorme ampliación de capital tras afrontar una situación crítica.
La medida es para depósitos inferiores a 50.000 euros, por lo que en teoría, los inversores institucionales que precisen colocar en cuenta corriente grandes sumas no deberían tener problemas. Aunque, con los tipos tan bajos, será complicado que los bancos comerciales saneados se apliquen a realizar grandes ofertas en ese nicho.
No en depósitos
En una importante aseguradora que maneja fuertes puntas de tesorería, respondían ayer a la pregunta de “¿en qué activos están tomando posiciones en este inicio del año?”: “todavía no queremos dar pistas, pero en depósitos seguro que no”.
Esta circunstancia debe redundar en más dinero para los mercados de capitales. Por un lado, “el mercado está inmerso hace tiempo en un proceso de yield pick up (captación de rentabilidad). Ya no se conforma nadie con rendimientos negativos como ocurría el pasado año con muchos inversores refugiándose en el bund”, afirman desde Banco Sabadell.
Bueno para los mercados
Por otro, los bajos márgenes provocan que las entidades financieras deban buscar ingresos fuera de balance, potenciando actividades como las pensiones, los fondos de inversión, los seguros… Eso, en definitiva, “es más dinero para los mercados y se está notando en el plano global, ya que está regresando poco a poco la liquidez a las gestoras de fondos”, continúan los analistas del Sabadell.
Estefanía Ponte, directora de análisis de Cortal Consors también cree que seguirá entrando dinero en los mercados: “la restructuración bancaria, precisamente, ha sido muy estricta en España y ha generado mucha confianza”. De esta manera, “pese a que habrá correcciones, vemos al Ibex en 9.500 puntos a final de año”.
Si se atiende a Santander, la principal entidad financiera española, se puede comprobar cómo en los últimos tiempos ha potenciado en gran medida su gestora de fondos de inversión, con el objetivo de convertirla en un gran líder global. Pretender ganar más del 1,75% a un año con un depósito va a ser una odisea. En el futuro inmediato será imposible obtener más retorno con una cuenta bancaria que con deuda pública.