España investiga los secuestros y torturas a ciudadanos españoles realizados por la dictadura ecuatoguineana de Teodoro Obiang. El informe policial desvela que el objetivo era conseguir las contraseñas para acceder a los teléfonos móviles de las víctimas. Desde ellos, el régimen buscaba conexiones con otros opositores tanto en España como en el extranjero.
Es lo que se desprende de la investigación policial, a la que ha tenido acceso Vozpópuli. Los torturados, nacidos en Guinea Ecuatorial pero varios de ellos con permiso de residencia y nacionalidad española, eran inicialmente engañados para salir de nuestro país. Se les ofrecían entrevistas de trabajo para puestos atractivos en África. Cuando se desplazaban allí, eran secuestrados y enviados a Guinea Ecuatorial.
En el país presidido por Teodoro Obiang sufrían generalmente un tipo de tortura denominada como la 'Técnica del Cocodrilo', de la que ha dado cuenta este diario. Durante las sesiones, los torturadores les solicitaban, entre otras cosas, las contraseñas de sus teléfonos móviles, correo electrónico y redes sociales.
Los hechos denunciados son solo interpretables como un intento de obtener información de la oposición a través de los propios teléfonos, al acceder la agenda de contactos, la información de los chats, las apps de mensajería y el acceso a las partes privadas de los perfiles en RRSS para conocer a los miembros de la oposición con los que estaban conectados"
Uno de los testigos ha declarado que durante las sesiones de tortura llego a presenciar "cómo eran forzados a desbloquear sus teléfonos y aplicaciones de correos electrónicos, consiguiendo (...) acceso a información de la oposición, concretamente a los estatutos y el acta fundacional del MLGE3R". Las siglas responden a Movimiento para la Liberacion de Guinea Ecuatorial Tercera Republic, que persigue el derrocamiento de Teodoro Obiang desde diferentes lugares del mundo.
La documentación destaca que en el momento de incomunicación de los secuestrados se presentaron denuncias en España por parte de familiares de Feliciano Efa, una de las víctimas, en las que se aseguraba que este no cogía el teléfono desde el día en que fue secuestrado, y que en los días posteriores la señal del móvil devolvía el correspondiente tono de apagado.
Sin embargo, la comprobación casi a diario de la actividad de este número y de las aplicaciones de WhatsApp y Telegram asociadas a estos móviles por parte de lafamilia revelaron que, en ocasiones, los torturados -se entiende que en realidad eran los torturadores- aparecían en línea o conectados.
No solo eso, sino que los mensajes que estos familiares les enviaban a sus teléfonos eran recibidos y leídos, se entiende nuevamente que por parte de sus captores.
El hijo de Obiang, al frente de la trama
La Policía apunta en el informe que "los hechos denunciados son solo interpretables como un intento de las autoridades ecuatoguineanas de obtener información de la oposición a través de los propios teléfonos, pudiendo tener acceso a la agenda de contactos, la información obrante en los chats de los grupos, los mensajes de las aplicaciones de mensajería y el acceso a las partes privadas de los perfiles de sus redes sociales, pudiendo por tanto conocer a todos los miembros de la oposición con los que estaban conectados".
Quien estaba al frente de las torturas, y también de la trama que orquestaba los secuestros desde Madrid, era Carmelo Ovono Obiang, hijo de Teodoro Obiang y responsable de los servicios de inteligencia del país. Carmelo recibió además formación militar en su juventud, lo que no le impidió cometer varios errores en su perfil de Facebook que fueron, en parte, los que dieron pistas a la Policía acerca de su paradero (se encontraba en Marbella, España). Obiang está imputado en la causa pero logró salir de nuestro país antes de su detención.