El Gobierno quiere reactivar la solución para las autopistas radiales en quiebra. Desde el Ejecutivo de Mariano Rajoy se ha pedido ayuda a la banca española para que medie ante las entidades extranjeras con el fin de evitar un conflicto judicial. Los bancos extranjeros anunciaron antes del verano su intención de presentar demandas si finalmente Fomento ponía en marcha la quita del 50% sobre la deuda que tenían contraida con las concesionarias.
El Gobierno quiere presentar un acuerdo sin fisuras entre toda la banca, pese a que ya no necesita el beneplácito de las entidades extranjeras para sacar adelante su propuesta. El Ejecutivo agrupará todas las radiales en dificultades en la futura sociedad pública, de manera que ninguna quede segregada de forma individual. El primer paso consiste en unificar en un único Juzgado, en un único convenio de acreedores, los concursos de las ocho radiales en quiebra.
Así, según los cambios que establece la nueva ley concursal, esta unificación permite al Gobierno sacar adelante su propuesta de rescate ya que la deuda en poder de la banca española convierte a las entidades nacionales en mayoritarias en este convenio único de acreedores. La modificación de la ley concursal reduce las mayorías exigidas para los acuerdos para evitar que se puedan bloquear con facilidad por acreedores minoritarios. Lo que sucede en este caso con las entidades extranjeras que tendrán que aceptar la propuesta que cuenta con el apoyo de los bancos españoles.
Las entidades extranjeras tendrán que aceptar la propuesta del Gobierno al contar con el apoyo unánime de la banca española
Además, la compra del negocio minorista de Barclays por parte de Caixabank también favorece la solución. La filial española de la firma británica traspasará a la entidad catalana los activos, con su deuda correspondiente, de las radiales entre el volumen total de carteras crediticias.
Las entidades extranjeras piensan en la vía judicial para evitar que el Ejecutivo quede eximido del pago de una parte de su responsabilidad patrimonial en el caso de que las concesionarias de autopistas vayan a la liquidación, concretamente la referida a los pagos por las expropiaciones de terrenos, cuya burbuja de precios constituye una de los motivos que han llevado a la quiebra a estas sociedades. De esta forma, los acreedores quedan en una posición de desventaja.
Pese a que Fomento ya no necesita el acuerdo de la banca extranjera, desde el Gobierno se quiere evitar cualquier tipo de conflicto judicial a futuro. De ahí, que se haya solicitado la mediación de las entidades españolas. Estas negociaciones se desarrollarán en paralelo a las reuniones que se desarrollarán en Fomento, en las próximas semanas, entre bancos y constructoras para terminar de rubricar el acuerdo.
Una acuerdo que tendrá que concretarse en un futuro real decreto que otorgue cobertura legal al acuerdo. El Gobierno había planteado a banca y concesionarias una quita del 50% de la deuda de estas carreteras, que asciende a 4.600 millones, y la creación de un fondo de titulización que emitiese bonos a 30 años con la garantía de Seittsa y con una rentabilidad mínima del 1%.
Cómo y quién compraría la deuda
En las conversaciones con los ministerios de Fomento, de Hacienda y de Economía también se había abordado cómo y quién iba a comprar la deuda que tienen contraída los bancos extranjeros con las sociedades concesionarias en concurso de acreedores. Sobre la mesa estaba aplicar también una quita del 50%.
La intención de los bancos pasaba por que el Banco de España liberase las provisiones realizadas por las autopistas, así como la estructuración de la financiación en varios tramos, siendo de 646 millones el de deuda nueva por la compra del pasivo de la banca extranjera.
Desde la banca se reclamaba también que estos bonos estuviesen garantizados por el Estado y que se mejorase la rentabilidad fija que devengarán para que lo que se reciba no esté por debajo de lo que se paga ahora por el bono español a 30 años, cercano al 4%.
En los nueve primeros meses del año, y dentro de las autopistas con problemas, la AP-41 entre Madrid y Toledo redujo su tráfico un 43%, seguida de la R-5 (13,6%); R-2 (6,8%); R-3 (5%); R-4 (3%) y la Circunvalación de Alicante (0,1%). Los crecimientos se registraron en la AP-36 entre Ocaña-La Roda (4%); AP-7 entre Cartagena-Vera (3,2%) y el Eje Aeropuerto (1,9%).