La industria se está haciendo fuerte en la economía española. Superados los peores años de la crisis, el sector está ganando peso en el PIB, el empleo y también en la inversión. Según cifras de KPMG, este sector ha protagonizado el mayor volumen de inversión en 2017, con 44.396 millones de euros y 181 operaciones. Y quizá lo más importante es que ha conseguido duplicar los niveles registrados un año antes.
En general, 2017 fue un buen año para la inversión. De hecho, parece que el desafío independentista no ha hecho mucho daño a la economía nacional, al menos de momento. Según las cifras de KPMG, la inversión total alcanzó los 126.066 millones en el país, un 152% más que en 2016. Y el número de operaciones corporativas avanzó un 6%, hasta sumar 1.214.
La inversión extranjera, la que más podría haber sufrido con la crisis catalana, superó los 50.000 millones de euros en 2017, lo que representa un avance del 140% respecto al año anterior. Y eso que la inversión extranjera productiva cayó un 75% en Cataluña en el tercer trimestre del año, según datos del Ministerio de Economía.
Hay que tener en cuenta que las cifras de inversión extranjera son bastante volátiles y que el tercer trimestre de 2016 fue especialmente bueno para Cataluña y que esto hace que al año siguiente se produzca cierta caída.
Debilidades del sector
A pesar de estas cifras, la industria está lejos de recuperarse del todo. Llegó a caer a ritmos de dos cifras en los peores años de la crisis y su recuperación está siendo lenta, más lenta que en el resto de Europa.
Sus principales debilidades pasan por un reducido peso de las industrias avanzadas, el lento avance de la eficiencia productiva, un elevado peso de la pequeña empresa y una política de innovación que se sustenta en las deficiencias del apoyo financiero de la administración y la escasa voluntad empresarial.