Economía

El cine es la actividad más afectada por la covid: ha perdido a casi la mitad de sus trabajadores

La pandemia sigue pasando una fuerte factura al mercado laboral. Según los datos de la Seguridad Social, excluyendo a los 740.000 trabajadores suspendidos de empleo mediante ERTES, enero acumuló 335.000

  • Una de las salas de los Cines Florida en Vitoria-Gasteiz, el día de su reapertura tras el parón provocado por el coronavirus.

La pandemia sigue pasando una fuerte factura al mercado laboral. Según los datos de la Seguridad Social, excluyendo a los 740.000 trabajadores suspendidos de empleo mediante ERTES, enero acumuló 335.000 cotizantes medios menos anuales mientras que el paro se situó en casi cuatro millones. De las 99 ocupaciones existentes en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) del INE, 83 han perdido trabajadores desde que el covid hizo su aparición y sólo 16 han aumentado su número como consecuencia de su readaptación a la situación, o su carácter de intocable (sector público), acumulando 165.000 afiliados medios más respecto a los que había antes, pero no han evitado que se hayan perdido desde febrero 431.604 ocupados medios netos (-2,40%).

En términos relativos, es decir, en porcentaje (sirve para realizar una comparación más homogénea), la industria de la cinematografía, video, programación televisiva así como otras ocupaciones anexas (desde grabaciones de películas o series a doblajes, actuaciones, guionistas, técnicos, especialistas o salas) ha perdido a casi la mitad de los afiliados que tenía antes de la covid. Así, si en febrero de 2020 acumulaba cerca de 82.000 afiliados entre el régimen general y el de autónomos, ahora sólo dispone de 44.000. Por tanto, ha disminuido en casi un 46% sus efectivos. Le sigue, el servicio de alojamiento (hoteles), que ha reducido sus empleados un 23%, casi uno de cada cuatro.

Por su parte, la industria del cuero y calzado, ante la caída también de la demanda de sus productos, tiene casi un 18% menos de trabajadores. El empleo en las actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento (el grueso son los gimnasios y salas deportivas) ha descendido un 16% (uno de cada seis). Idéntica cifra se ha producido en el colectivo del servicio de comidas y bebidas, es decir, en bares y restaurantes. Mientras, las agencias de viajes y operadores turísticos se han desprendido del 14,4% de sus trabajadores en este periodo y las actividades artísticas y espectáculos han reducido su plantilla otro 13%.

Un 12% ha decrecido la afiliación en las actividades culturales y a un 10% llega el descenso en el transporte aéreo. En menor medida destaca además la reducción del 6% de efectivos en las actividades de juegos y azar así como en actividades asociativas.

En términos absolutos (cantidad numérica), son los camareros la actividad más perjudicada. Según las cifras de la CNAE, entre febrero de 2020 y enero de 2021 se han volatilizado, excluyendo ERTES, 207.003 camareros afiliados. Así, si al principio de la pandemia la Seguridad Social tenía a 1.291.102 cotizantes en este grupo, ahora sólo tiene 1.084.099. En segundo lugar se sitúan los casi 62.000 desaparecidos de las plantillas de los servicios de alojamiento (hoteles, hostales o casas rurales). Les siguen los casi 41.000 cotizantes menos del comercio al por menor (dependientes y autónomos), o los casi 37.000 menos del cine, así como los 35.000 menos de las actividades deportivas. Estos cinco grupos suman un descenso de casi 400.000 afiliados.

También destacan los 20.272 menos de la construcción de edificios; los 18.408 menos de “otros servicios profesionales” (peluqueros en su mayor parte); los casi 17.000 afiliados menos del comercio al por mayor; los 15.000 menos de las actividades de la construcción especializada; o los 11.000 menos de la actividad de venta o reparación de coches y los casi 10.000 de la educación privada. Llama la atención también el descenso de 9.000 ocupados en las agencias de viajes y también en las actividades de alquiler de pisos (inmobiliarias).

Deterioro laboral generalizado

Por sectores, se observa que el deterioro laboral ha sido generalizado. Por ejemplo, la hostelería (sumando los servicios de alojamiento y los de comidas y bebidas) han perdido de forma acumulada 268.929 trabajadores (-17,2%) en este periodo. Por su parte, los servicios asociados directamente también al turismo suman 13.141 afiliados menos (-12,7%) por el descenso del transporte aéreo y marítimo o las agencia de viajes y operadores turísticos. La suma de estas actividades arroja un descenso conjunto de más de 282.000 trabajadores. Por su parte, el comercio (al por mayor y al por menor) ha perdido a 57.643 empleados (-2%). Se trata de la actividad con mayor número de ocupados. Ha pasado de 2.867.825 cotizantes a 2.819.182. La construcción, y sectores satélites como el inmobiliario, se han desprendido de más de 53.000 empleados. Más de la mitad corresponde al descenso de trabajadores en la construcción de edificios, construcción especializada e ingeniería civil.

Además, la industria del textil y el calzado acumula una caída de 12.512 cotizantes en este periodo (-9,20%) ya que ha pasado de tener 138.290 afiliados a 125.778. La fabricación metalúrgica (productos metálicos y de hierro) ha perdido 12.006 (-3,5%); la fabricación de vehículos de motor se ha desprendido de 8.474 trabajadores (-4%); y la alimentación, a pesar de ser uno de los sectores esenciales, se ha desprendido de 7.655 (-1%). Además, la industria de la madera pierde al 3% de sus efectivos; un 3,2% desciende el número de afiliados de la venta y reparación de coches (10.690 personas menos); y un 4,9% resta la industria de artes gráficas.

Los estragos de la pandemia son más evidentes en las actividades y sectores ligados a los servicios y, en particular, en entidades de pequeño tamaño o de autónomos. Por ejemplo, llama la atención que el 84% de los afiliados del campo sean trabajadores por cuenta propia. Algo similar ocurre en actividades como de reparadores de ordenadores (60% son autónomos) o el 58% de los que ejercen una actividad artística o en peluquerías.

Actividades en las que mejora el empleo

En todo caso, el empleo ha mejorado en estos 11 meses de pandemia en 16 actividades (una de cada seis del total), que han tenido que reinventarse, o que se han visto beneficiadas por su condición de esenciales o encontrarse entre las más demandadas en estos momentos. Y también que, como sucede en todas las crisis, actividades que nunca les afecta las catarsis en el mercado laboral, al contrario, incrementan su plantilla. Es el caso de las Administraciones Públicas (sólo los servicios generales) que acumulan un 3% más de afiliados (31.000 empleados más).

En términos relativos (porcentaje entre dos variables) son las actividades postales y de correos las que más afiliados han sumado entre febrero de 2020 y enero de 2021. Ha subido en casi un 13%. Ha pasado de 85.797 a 96.721 cotizantes en este periodo. Se debe al componente de paquetería, que ha abundado en la mayor parte de las compras comerciales (por internet en general) que se han realizado durante todos estos meses, en especial en los meses más duros de la pandemia. Las actividades sanitarias, en particular las contrataciones públicas y en menor medida las privadas, ocupan el segundo lugar por aumento del empleo.

Subió en 87.100 hasta un total en enero de 1.203.470 efectivos. Por su parte, las actividades de descontaminación (aguas residuales) aumentaron casi un 4% su empleo mientras que en la consultoría informática, como consecuencia del aumento del teletrabajo y de la operativa pública online, creció un 3%. Al mismo tiempo, y también asociado al confinamiento, los empleos en los servicios de los edificios de actividades de jardinería subieron un 2,3%; un 2,2% aumentó en telecomunicaciones; un 2,1% en la fabricación de productos farmacéuticos; un 2% las actividades veterinarias al aumentar las mascotas; y, por ejemplo, un 1,5% en la fabricación de productos informáticos.

En términos absolutos, la actividad sanitaria (pública y privada) registró un incremento de 87.910 cotizantes; las Administraciones Públicas (servicios generales) incrementaron su plantilla en esos casi 31.000 mientras que los servicios en edificios subieron la afiliación en casi 14.000 y en esos 11.000 los servicios de envíos de paquetes y en 10.000 la consultoría y actividades informáticas. Llama la atención también el incremento en más de 2.500 empleos en las actividades sociales sin alojamiento (no residencias), o, por ejemplo, los 1.326 en investigación y desarrollo y los casi 1.000 en las actividades de gestión de empresas.

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