Fue en la Embajada de Italia en Madrid donde, en abril de 2019, Jaume Roures y su socio, Tatxo Benet, presentaron The Mediapro Studio, su proyecto más ambicioso. Después de haber convertido su productora audiovisual en una de las más potentes de Europa, querían ir un paso más allá y comenzar a trabajar como los estudios de cine estadounidenses. El problema es que han cambiado algunas cosas desde entonces.
En ese tiempo, Roures intentó hacerse con la propiedad del Grupo Zeta. El empresario trató de extender sus dominios en el terreno mediático y vio una oportunidad en la adquisición de El Periódico de Catalunya, para satisfacción de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Sin embargo, los bancos apostaron por Javier Moll en una operación que, como es habitual en el sector, tuvo un trasfondo político. El dueño de Editorial Prensa Ibérica acordó una quita de deuda con estas entidades bancarias -acreedoras de Zeta- y adelantó a Roures por la izquierda. Entonces, el magnate habló de “fuerzas oscuras” que le habían perjudicado.
Roures vivió malos tiempos hace unos años, cuando entró en guerra con el otrora todopoderoso Grupo Prisa, por el fútbol, y se vio obligado a declarar el concurso de acreedores en Mediapro ante el coste que podría llegar a tener el proceso. En 2015, ganó esa guerra en el Tribunal Supremo y eso dio alas a la expansión de Mediapro, que fue capaz de adquirir los derechos audiovisuales de la Liga de Campeones o de comprar un gigante como Globomedia.
Poco después, el fondo de inversión chino Orient Hontai adquirió el 53% de las participaciones de Mediapro y otorgó a sus socios algo que vale su peso en oro: músculo inversor. El problema es que la covid-19 ha provocado algunos cambios sustanciales en los negocios en los que está involucrada Mediapro. No solo en el audiovisual, también en el deportivo.
En el último informe de cuentas de Imagina, el holding que engloba Mediapro -al que ha tenido acceso Vozpópuli a través de la plataforma Insight View-, se detalla el acuerdo de financiación sindicada al que llegó la compañía de Roures con 40 entidades financieras, que asciende a un total de 920 millones de euros de los que podrá 'tirar' Mediapro durante los próximos años.
Oficialmente, su deuda a 31 de diciembre de 2019 era de 282 millones de euros, mientras que su resultado operativo EBITDA, de 168 millones, tal y como figura en el informe. El pasado junio, la empresa pidió 125 millones de euros al Instituto de Crédito Oficial (ICO) para aliviar el efecto que había tenido el coronavirus en la contabilidad de Mediapro. En esos meses, la plantilla de la empresa se encontraba en un Expediente de Regulación Temporal del Empleo (ERTE) que ha afectado a más de 1.000 empleados
¿Qué pasa con el fútbol?
Roures se enfrenta actualmente a la incógnita sobre el futuro del fútbol. Durante los últimos años, se ha planteado el debate acerca de si existe una burbuja en este deporte, algo que el presidente de La Liga, Javier Tebas, se ha empeñado en desmentir una y otra vez. Pero la covid-19 ha afectado al negocio, y no sólo porque los espectadores hayan dejado de acudir a los estadios, cosa que podría beneficiar a quienes se dedican a sacar rentabilidad de las retransmisiones deportivas, como Roures.
Hace unas semanas, Mediapro llegaba a un acuerdo con la liga francesa para resolver el contrato de explotación del campeonato, después de que la empresa española dejara de pagar 325 millones de euros que debía haber ingresado, lo que dejó a varios equipos en una situación muy complicada. “Los efectos de la covid en el fútbol hacen que el contrato de hace dos años ya no se pueda contemplar como si la situación fuese la misma”, declaró Roures a El País unas semanas antes de que se consumara el divorcio.
La actitud del magnate catalán enervó a los clubes y provocó alguna reacción acalorada, como la de Cédric Roussel, diputado del partido de Emmanuel Macron. “Deseo que se haga lo necesario para hacer pagar a este grupo internacional con actitudes de golfo”, apuntó entonces. La prensa francesa también fue dura con Roures y el diario deportivo L’Equipe llegó a llevar a su portada al empresario con el titular “El atraco del siglo”.
Despidos en el grupo
No ha sido el mejor año para Roures, como para casi nadie, pero lo cierto es que la crisis ha impactado especialmente en alguno de sus negocios clave. Esta semana, se conocían los despidos que ha realizado en Globomedia y Mediatem, que ascienden a más de veinte. Los trabajadores y la compañía mantuvieron una reunión esta misma semana para tratar la situación, si bien todavía no se ha llegado a un punto de encuentro.
Desde la compañía, aseguraban que, en una empresa que da empleo a más de 4.000 personas en España, una veintena de salidas no supone un dato muy representativo. Y lo cierto es que la situación de Mediapro no es tan compleja como cuando declaró el concurso de acreedores, como consecuencia de la 'guerra del fútbol' con Prisa. Sin embargo, el ciclo expansionista de Mediapro y sus proyectos de futuro -desde hace varios años se especula con su salida a Bolsa- se han visto interrumpidos por la situación sanitaria y económica actual.
El resto de lo que rodea a Roures es política, en distintos ámbitos. Y eso ha generado mil historias. La mayoría, negadas por el propio protagonista.