España cerró el pasado ejercicio con 3.719.800 parados. Son 527.900 más que al finalizar 2019. De esa cifra, 1.991.400 son mujeres y el resto, hombres. El 18,33% de las mujeres en edad de trabajar no tiene empleo, cuatro puntos porcentuales más que la tasa de los varones y dos más que la media del país. El drama del mercado laboral español está, sin embargo, en los más jóvenes, como lo demuestra el que la tasa de paro de las mujeres de entre 16 y 19 años llegue a alcanzar el 90,75% en Canarias; el 90,43%, en Castilla-La Mancha, y el 86,77%, en Andalucía, según los datos que se pueden encontrar en la última Encuesta de Población Activa.
El problema no es exclusivo de estas comunidades autónomas. En el conjunto de España, siete de cada diez mujeres (el 69,18%) de entre 16 y 19 años no encuentran trabajo. Además, en otras dos regiones (Galicia y Murcia) y las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla se supera la media del país. El paro para los hombres con esta misma edad es, a nivel nacional, del 53,76%, y el de ambos sexos, del 60,14%.
Habría que remontarse al año 2015 para encontrar unos porcentajes parecidos en las comunidades autónomas, aunque no en la media nacional, que registró la mayor tasa de paro en este colectivo de las más jóvenes en 2013, con un 76,43%. En 2015, se alcanzó el 70,97%, pero entonces el paro total estaba situado en 4.779.500 personas, un 20,90% de la población activa, a pesar de registrar en el año la mayor bajada de la historia desde que se publica la EPA: 678.200 parados menos. La comparación entre ambos ejercicios queda distorsionada por la prolongación de la vigencia de los expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE), que afectan a más de 750.000 personas en la actualidad.
Según los datos del último padrón, en España hay 1.930.800 personas que tienen entre 16 y 19 años y 2.371.900 con edades comprendidas entre los 20 y los 24 años. Son el 9,07% de la población total, 47,35 millones en 2020, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Entre los 16 y 19 años hay 933.700 mujeres y 1,159 millones, entre los 20 y los 24 años. Son el 3,9% y el 4,9%, respectivamente, del total nacional.
Según la última EPA, apenas 27.800 mujeres de entre 16 y 19 años estaban ocupadas a finales del pasado año y otras 349.700 de entre 20 y 24. En los doce últimos meses, se han perdido 29.200 empleos en la franja de las más jóvenes, más de los que se mantuvieron, y otros 54.000, en la segunda. Con el paro la situación es aún más dramática. En el segmento más joven de edad hay 62.400 mujeres paradas, más del doble que las ocupadas, y otras 206.800 en la siguiente franja de edad. El desempleo en estos dos colectivos se incrementó en 2020 en 12.700 y 39.000 personas, respectivamente, con crecimiento interanuales del 25,60% y 23,25% en cada caso.
En el segmento más joven de la población es muy frecuente la movilidad laboral por muy diferentes motivos. De las mujeres de entre 16 y 19 años actualmente en paro, 23.600 habían trabajado ya anteriormente (4.300 habían dejado su empleo hace más de un año) y 38.700 buscaban su primer empleo. Un año antes estas cifras eran de 18.700 y 30.900 personas, respectivamente.
No puede extrañar que en los últimos doce meses la tasa de paro de las mujeres más jóvenes haya pasado del 46,55% al 69,18%. Hay casos particularmente llamativos. Uno de ellos es de Canarias. A finales del 2019, el segmento de población de entre 16 y 19 años tenía una tasa de paro del 41,15%. A lo largo de 2020 ha pasado a ser del 90,75%, más del doble. Quizás, el incremento tenga mucho que ver con la especial situación que vive el sector turístico. A finales de 2018, la tasa de paro en las islas llegó a ser de solo el 18,9%.
Las regiones más turísticas, las más golpeadas
Otras regiones que también tienen su economía muy vinculada con el turismo se han visto fuertemente afectadas por los confinamientos, las restricciones de movilidad temporales y los cierres de fronteras, aunque no en igual proporción. En Baleares, la tasa de paro la franja de edad analizada ha pasado desde el 18,32% de 2019 al 65,25% de finales del pasado año. En Cataluña, se ha incrementado del 28,53% al 65,39%. O Andalucía, que ha subido del 60,81% al 86,77%. Otras regiones en las que el turismo es solo un componente más de su actividad económica han padecido también los efectos colaterales de la pandemia. Es el caso de Castilla-La Mancha, donde el paro femenino más joven se ha incrementado del 68,4% al 90,4%.
La dureza de estos datos queda algo suavizada cuando el análisis se realiza entre la población de 20-24 años. Son el 5% de la población nacional. Su tasa general de paro es del 36,52%; la de los hombres, del 35,98% y la de las mujeres, del 37,16%, casi dos veces más que la media de la totalidad de la población femenina (18,33%). En todos los casos ha subido entre ocho y nueve puntos porcentuales. Siete comunidades superan la media nacional, con Extremadura (56,22%), Andalucía (50,68%) y Canarias (49,88%) a la cabeza.
A 31 de diciembre del pasado 2019 había 206.800 mujeres en esas edades en paro, mientras 349.700 estaban ocupadas. En un año, el desempleo ha crecido en 39.000 personas (+23,25%) y el trabajo se ha reducido en 54.000, un 13,37%.
España es el país de la Unión Europea con una mayor tasa de desempleo juvenil (menores de 25 años), con un 40,7%, según los datos de Eurostat, por delante de Grecia (35%%) o Italia (29,7%). La media de la UE es del 17,8% y de la Eurozona, del 18,5%. En España hay 572.400 jóvenes de entre 16 y 24 años desempleados, el 18,2% de los 3,138 millones de los Veintisiete.