El pasado mes de diciembre 35 maquinistas de la compañía ferroviaria Iryo anunciaron su marcha a Renfe, con incorporación en el mes de marzo, compañía que lanzó una Oferta Pública de Empleo (OPE) para cubrir 600 puestos. Sus condiciones económicas y laborales les parecieron más atractivas.
Esto hizo saltar las alarmas dentro de la compañía, con unos 120 maquinistas en plantilla y propiedad de Trenitalia, Air Nostrum y Glovalvía. Se veía comprometida la operativa de la ferroviaria, que ofrece 64 trayectos diarios entre 11 ciudades españolas. Por un lado, afectaba a los usuarios con billetes ya comprados, y por el otro, como es normal, esto podía repercutir directamente en las cuentas de la compañía. Casi aún más importante: podía ser un duro golpe para su reputación.
No era la primera vez -ni seguramente va a ser la última- que los directivos de la compañía ven la marcha de un número considerable de sus empleados a la competencia. Ya en septiembre del año pasado 17 maquinistas decidieron marcharse a Renfe.
Se trataba de evitar a toda costa que 16 servicios y 4.500 clientes se vieran afectados por la fuga de maquinistas
El escenario ahora era distinto, ya que casi el doble de maquinistas dejaban el operador ferroviario. En Iryo decidieron mover ficha lo más rápido posible y trataron de convencer a diez de esos maquinistas de que ampliaran temporalmente su contrato con Iryo, algo que finalmente no fue posible.
La compañía, entonces, solicitó a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que retrasara la marcha a Renfe de algunos de sus maquinistas, a fin de cubrir la demanda de billetes y no comprometer las rutas.
El papel de los maquinistas de Iryo
Casi al mismo tiempo, en enero, aceleró el proceso para contratar maquinistas, pero estos profesionales necesitan un tiempo de formación (casi 600 horas, unos tres meses y medio), y no iban a tiempo de cubrir las vacantes, ya que antes de esos tres meses y medio se habría producido la marcha de los empleados a Renfe.
Se trataba de evitar a toda costa que 16 servicios y 4.500 clientes se vieran afectados por la fuga de maquinistas. Para ello, se decidió adelantar en el tiempo las futuras promociones de profesionales de Iryo. Esto permitió adelantarse a los acontecimientos y contar con talento para afrontar los posibles movimientos que se produzcan en el futuro. Movimientos que sin duda alguna se sucederán, dado que Renfe lanzará más Ofertas Públicas de Empleo, concretamente hasta 2026, año en el que está previsto se cubran las bajas de aquellos maquinistas que se jubilen.
La CNMC aprobó medidas cautelares para que Renfe avise con cuatro meses de antelación sobre el número de maquinistas que decidan marcharse de la compañía a la empresa pública española
Por último, la CNMC aprobó medidas para que Renfe avise con cuatro meses de antelación sobre el número de maquinistas que decidan marcharse de la compañía a la empresa pública española. Esto permitirá a Iryo ajustar mejor su plantilla y afrontar con garantías las necesidades de personal.