La nueva ley de tráfico arranca generando controversias, sobre todo, por uno de los cambios más relevantes que ha introducido la DGT: la eliminación del margen de 20 km/h al adelantar en las carreteras convencionales que están limitadas ahora a 90 km/h. Algunos expertos creen que generará más problemas en estas vías en las que los vehículos pesados no siempre circulan a esa velocidad; y en situaciones en las que encontremos a un camión o un autobús circulando ligeramente por debajo de esos 90 km/h, el tiempo y la distancia necesaria para realizar esa maniobra será muy superior a realizarlo a 110 km/h, casi 100 metros más según algunos estudios, con el consiguiente peligro que puede conllevar si aparece otro vehículo en el horizonte.
Porque en el momento de iniciar la maniobra sin que nadie circule en el carril contrario y manteniendo la velocidad máxima permitida en el caso de un camión de varios ejes o un autobús, el espacio a recorrer para superarlo va a ser mucho más largo y puede dar tiempo a encontrarnos después a un vehículo circulando por su carril. Si no se va a poder acelerar para finalizar la maniobra en menor tiempo y espacio, las maniobras de frenado para deshacer el adelantamiento van a ser muy habituales, generando numerosas situaciones de peligro y sin duda aumentando la posibilidad de causar un accidente.
Así lo creen diversos expertos en seguridad vial, aunque no todos. Automovilistas, víctimas y expertos han valorado la reforma de la ley de tráfico que acaba de entrar en vigor, aunque discrepan sobre la supresión del margen de 20 km/h para los adelantamientos en las carreteras convencionales.
Francisco Canes, presidente de la asociación de víctimas de tráfico DIA, califica de "importantes" y "positivos" los cambios que ha introducido la ley, sobre todo sancionar más el uso del móvil, porque todo lo que suponga una distracción es "muy peligroso". Resalta también la mayor penalización al no uso del cinturón de seguridad y los sistemas de retención infantil, como también apoya que se haya eliminado el margen de los 20 km/h en los adelantamientos, la medida más polémica de la nueva ley.
"Todos los que se quejan buscan poder ir a 110 km/h en las convencionales", enfatiza Canes en declaraciones a Efe, quien insiste en que no superar el límite general en los adelantamientos "no hace que se llegue antes". "Quitar el margen de 20 km/h no implica un aumento de la siniestralidad", apostilla.
Mayor consenso
El director de Prevención y Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, Jesús Monclús, también valora la reforma la ley, porque "la sociedad cambia a una velocidad vertiginosa y era necesario actualizarla" en aspectos como los patinetes eléctricos, los vehículos autónomos, el medio ambiente... Cuestiones que apenas estaban en la agenda ciudadana de hace diez años, cuando se modificó la norma.
Sobre el margen de 20 km/h, dice que eliminarlo permite la utilización de los radares de tramo, "una medida claramente prometedora", pero reconoce que habrá que "cambiar el 'chip' para tener algo de paciencia y no pretender adelantar inmediatamente a un vehículo que circule a 80 o 90 km/h, ya que sólo se podrá hacerlo en tramos de vía más despejados".
Ignacio Fernández, director de la Fundación RACE, cree que la reforma incorpora aspectos positivos y negativos. Entre los positivos, Fernández destaca aquellas medidas enfocadas a penalizar las conductas más peligrosas al volante, como el incremento de puntos a detraer por usar el móvil, o que se hayan incorporado los cursos de conducción segura para recuperación y bonificación de puntos del carné.
Lamenta, no obstante, que algunos de los cambios no hayan contado con una mayor base científica y consenso entre los expertos en seguridad vial. Para el RACE, hay aspectos que deberían haber tenido un mayor debate técnico, como es la supresión de los 20 km/h de margen en los adelantamientos en vías convencionales. Según Fernández, "no está comprobado que sea una medida que contribuya a la reducción de los siniestros viales", ya que ahora se amplía tanto el tiempo como la distancia para realizar una maniobra peligrosa.