Ya es una realidad. El Banco Central Europeo (BCE) está acaparando grandes partidas de deuda española ante la tormenta que se avecina a la vuelta del verano. El objetivo: proteger la prima de riesgo de los países más vulnerables. La institución presidida por Christine Lagarde considera que España, Italia, Grecia y -en menor medida- Portugal corren serios riesgos de sufrir nuevas turbulencias en los mercados este otoño. De ahí que haya intensificado las compras de bonos de estos países entre junio y julio. Es decir, justo cuando se encendieron las alarmas en Fráncfort por un repunte repentino de las prima de riesgo.
Según los registros oficiales, el BCE atesoró deuda española por valor de 5.914 millones de euros entre junio y julio. Para llevar a cabo esta operación, el organismo reinvirtió fondos del Programa de Compras de Emergencia frente a la Pandemia (PEPP, según sus siglas en inglés). Se trata del 'salvavidas' de 750.000 millones de euros que Fráncfort lanzó a las economías del euro en marzo de 2020, cuando la pandemia paralizó el planeta. El BCE dio de baja este programa el pasado marzo, pero se reservó la posibilidad de seguir reinvirtiendo el dinero hasta 2024.
Lo que ha llevado a cabo en los dos últimos meses es un trasvase de fondos desde las economías más sólidas a las que entrañan más riesgos. Entre el 1 de junio y el 31 de julio, vendió grandes partidas de deuda alemana (casi 15.000 millones), holandesa (3.383 millones) y francesa (1.213 millones). El dinero fue destinado a adquirir bonos de los países más expuestos. El más beneficiado de la inversión ha sido Italia, con la adquisición de 9.762 millones. Le sigue España, donde el BCE destinó 5.914 millones. Fráncfort gastó 1.089 millones en comprar deuda de Grecia y otras dos partidas cercanas a los 500 millones para adquirir títulos soberanos de Finlandia y Portugal.
Los movimientos del BCE encajan con la filosofía del PEPP. El programa perseguía, entre otras metas, alejar el fantasma de la crisis de deuda que estuvo a punto de llevarse por delante al euro en la pasada década. "Actuamos con flexibilidad en relación con el momento en que compramos, los tipos de activos que adquirimos y los países en los que compramos", recuerda la institución en la descripción del PEPP. "Esto nos permite orientar nuestras compras a la preservación de unas condiciones de financiación favorables para los ciudadanos de la zona del euro. Y, lo que es más importante, responder rápidamente a cualquier cambio financiero o económico".
El dinero de los países frugales -donde mandan los 'halcones' de la UE- vuelve a fluir, por tanto, hacia las naciones del sur, las que conforman el grupo de los 'PIGS'. La actuación del BCE en los últimos dos meses es interpretada por analistas e inversores como una primera maniobra de protección. El paso inicial de la nueva estrategia diseñada en Fráncfort para evitar que el giro de la política monetaria y la retirada de estímulos -con la que se persigue frenar la inflación- pueda afectar a las economías más vulnerables.
La acción reciente del BCE es una respuesta clara a la escalada que experimentaron las primas de riesgo en junio. En la reunión del Consejo de Gobierno del día 10 de ese mes, Lagarde prometió que la institución arrimaría el hombro tras la suspensión definitiva de los mecanismos de ayuda. Pero no aportó ninguna pista sobre cómo podrían funcionar las nuevas herramientas. Las meras dudas provocaron una subida fulgurante de los intereses de la deuda de España y, sobre todo, de Italia. La rentabilidad el bono español a diez años, que ascendía al 0,4% hace poco más de un año, cruzó la barrera del 3% por primera vez en ochos años.
Las recompras de deuda han surtido efecto, y el anuncio reciente y detallado del nuevo mecanismo de ayuda ha hecho el resto. La calma, por ahora, ha vuelto a los mercados. El interés del bono español a 10 años ya está cotizando por debajo del 1,8 %.
En el foco del BCE
Las economías española, italiana y griega están el foco del BCE y de los inversores por sus abultados niveles de deuda pública o los preocupantes desequilibrios que arrastran (sirvan de ejemplo el paro juvenil o el agujero de la Seguridad Social de nuestro país). No olvidemos que Grecia fue rescatada en su día por la UE, al igual que el sector financiero español; e Italia recibió una ayuda decisiva para sanear la banca. Poco a poco va abandonando el grupo Portugal, también rescatada en la anterior crisis financiera. Su gobierno, liderado por el socialista António Costa, está haciendo una tarea ejemplar para sacar adelante la economía.
Además de beneficiarse de futuras reinversiones en deuda, a partir del otoño los países más vulnerables tendrán al alcance el nuevo mecanismo de ayuda del BCE. Eso sí, Fráncfort dejó claro el pasado jueves 21 de julio, tras anunciar la subida de tipos, que este apoyo financiero llevará aparejado una serie de condiciones. Según el comunicado oficial, el BCE tendrá en cuenta cuatro grandes asignaturas: el "cumplimiento del marco fiscal de la UE", la "ausencia de desequilibrios macroeconómicos severos", la "sostenibilidad fiscal" y las "políticas macroeconómicas sólidas y sostenibles".
bombeC4
El PP español debe dejar claro en el parlamento europeo que los españoles no vamos a pagar los despilfarros que esta consintiendo el Banco Europeo a esta cuadrilla de impresentables despilfarradores socialcomunista más independetista y bilduetarras
Pingasso
Ya era un muerto durante el franquismo y la Cia lo resucito
Beeblebrox
Vergonzoso. A ver cuánto aguantan los europeos del norte que Francia mantenga unos vasallos incultos y chapuceros con su dinero. El ahorro de los alemanes que en circunstancias normales debería estar reduciendo la inflación originada en la pandemia se va a Italia y España para que lo derrochen en nóminas públicas abarrotadas de gente y siga la inflación por todo lo alto. En cuanto a la condicionalidad prometida ya se ve que antes incluso de que se aprobara la actuación ya han volado 15.000 millones por la cara
Leonidas
Engordar para morir. Por desgracia nuestro destino está echado. Sólo espero que éstos no lleguen a verlo en libertad
Wesly
Mientras los irresponsables, los despilfarradores, los compradores de votos con el dinero de los demás sigan recibiendo dinero fácil del BCE no tendrán incentivo alguno para reducir gastos suntuosos e innecesarios, y seguirán endeudandonos a todos, generaciones futuras incluidas, con el único fin de disfrutar de los privilegios que el poder les proporciona. Es un verdadero escándalo y una indecencia.