La brecha entre la subida de precios que registra España y la Eurozona acumula nueve meses de crecimientos y alcanza ya su nivel más alto en 15 años. La tasa interanual de nuestro país se situó en diciembre en el 6,6%, mientras que la zona euro cerró el año con un incremento en el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) del 5%. Es decir, que el diferencial de la inflación creció hasta situarse en 1,6 puntos porcentuales, el mayor dato desde agosto de 2006.
El IPC de la zona euro se aceleró una décima en diciembre, hasta el 5% interanual, la mayor tasa de la serie histórica, que arranca en enero de 1997. Los precios de los productos energéticos son los que más contribuyen a esta escalada, aunque la evolución en diciembre se explica principalmente por el incremento de los precios de los alimentos no elaborados, tras registrar un crecimiento intermensual del 1,5%, la tasa más alta para un mes de diciembre, según las estadísticas de Eurostat.
Algo similar ocurrió con los precios armonizados en España, que se dispararon un 6,6% en diciembre en términos interanuales, el peor dato de la serie histórica y de las grandes economías europeas. En esto contribuyó en gran medida la subida de la luz, que lleva meses incidiendo en la escalada de la inflación; pero también se percibió ya un incremento considerable en los precios de la vivienda y los alimentos, según reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta brecha entre el IPCA de España y el de la Eurozona, un indicador estadístico diseñado para comparar entre países europeos, fue motivo de preocupación en España en la primera década del euro, cuando la inflación española superó persistentemente la de la eurozona, provocando una considerable pérdida de competitividad. El Consejo General de Economistas (CGE) ha alertado sobre el peligro de volver a restar competitividad a las exportaciones si el diferencial con los principales mercados se ensancha.
El propio Ministerio de Asuntos Económicos que dirige Nadia Calviño advierte de esta diferencia de precios en un informe reciente sobre coyuntura nacional e internacional. No obstante, también destaca que el diferencial de inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aún se mantiene favorable a España (-0,5 puntos en diciembre, el último dato disponible).
España se aleja de las grandes economías
España cerró el año con un crecimiento del IPCA del 6,6%, un punto por encima de la tasa de noviembre (5%) y por encima de Alemania (que acabó el año con una tasa interanual del 5,7%, ya tres décimas más moderada que la de noviembre), Francia (con una inflación situada en el 3,4%, igual que la de un mes antes) e Italia (que aunque creció tres décimas respecto a la tasa interanual de noviembre, se situaba en el 4,2%, casi dos puntos y medio por debajo de la de España).
Con doce meses de tasas interanuales positivas, la media anual en España se situó en 2021 en el 3,1%, la más alta en diez años. Hay que remontarse a 2011 para encontrar un repunte similar. Pero, además, en 2022 se espera que los precios continúen creciendo, al menos hasta la segunda mitad del año. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) espera que la inflación siga por encima del 5% en los próximos meses. "Quizás la inflación no sea tan transitoria como se pronosticó hace solo unos meses", reconoció hace días el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos.
El riesgo de que esta inflación sea más persistente de lo previsto crece por la evolución de la cotización del gas. "El escenario no es nada halagüeño en un contexto internacional tenso [con el conflicto en Ucrania] y con reservas sorprendentemente bajo mínimos (por debajo del 50%, una cota muy inferior a los registros para la época invernal y que intensifica la vulnerabilidad)", explica Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, en un artículo. A esto se suma que el petróleo se ha encarecido casi un 12% desde inicios de año y si permaneciera en su nivel actual, aumentaría en cuatro décimas el IPC.
Además, los economistas ponen el foco en los temidos efectos de segunda ronda por el aumento generalizado de precios y su traslación a los sueldos, aunque las subidas de estos últimos aún se sitúan lejos de la inflación. No obstante, uno de cada tres empresarios sí asegura que seguirá subiendo precios este trimestre, el porcentaje más elevado de la encuesta del INE. Sólo un 7% prevé bajar sus precios entre enero y marzo de este año, mientras que el resto cree que se mantendrán en los niveles actuales.
Finalmente, conviene destacar que la situación de España es más delicada que la del resto de países de la Eurozona al no haber alcanzado aún el pico de la recuperación económica. No se espera que esto ocurra hasta finales de este año o inicios del próximo. "El efecto arrastre del peor desempeño de la segunda parte del año se traslada a un menor crecimiento en 2022", advirtió la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), rebajando cuatro décimas el PIB de este año y el de 2023.