La hostelería está alarmada por la subida de la factura de la luz. Con un aumento del IPC general en los últimos meses -hasta un 4% en septiembre, su máximo desde 2008-, es el encarecimiento de la electricidad el factor que más mantiene alerta a los hosteleros.
Los empresarios insisten en que la energía es el principal indicador de la subida de los precios, algo que "amenaza con debilitar la viabilidad de los negocios hosteleros". Según explican expertos de Hostelería de España en un documento interno, que ha sido consultado por Vozpópuli, este aumento afecta a la subida de otros productos y "repercute en toda la cadena de producción y distribución, desde las cámaras frigoríficas que conservan los alimentos, a la maquinaria para procesarla hasta la gasolina del vehículo que los transporta".
Los hosteleros reseñan que la subida de la electricidad es el punto de más preocupación en el sector "ya que es un gasto básico que no se puede eliminar". De él depende el funcionamiento de las cámaras frigoríficas, la calefacción o el aire acondicionado, la iluminación o el uso de las placas de inducción. "Además, se les obliga a pagar la tarifa más alta en las horas de mayor producción ya que no tienen la opción de mover los consumos en tramos horarios más baratas, como por la noche", recalcan desde la patronal.
Según los cálculos de los representantes de estos empresarios, el coste medio de un local de restauración puede situarse en franjas de entre 300 y 1.000 euros, en función del tamaño y los servicios que se realicen. "De este modo, el porcentaje de subida del recibo de la electricidad dependerá del tamaño y tipo de negocio hostelero, que podría situarse entre un 20% y un 40%".
De forma habitual, la energía representa entre el 6% y el 8% de los costes de un negocio hostelero, por lo que una subida de un tercio, por ejemplo, "puede provocar un aumento de entre el 1 y 2% de los gastos fijos en las empresas del sector", recalcan los expertos de la patronal.
La hostelería mira al SMI
No obstante, el aumento de los costes de la energía no es lo único que preocupa a los empresarios de este sector. Como alertan en el documento interno, a la subida de los precios de la electricidad hay que añadir la de las materias primas "imprescindibles" para el sector, como los aceites, que, según Hostelería de España, subieron en la media hasta agosto por encima del 25%; o las bebidas, especialmente los zumos (+5,4% hasta agosto) y los refrescos (+10,7%).
En este caso, y siempre en base a estos cálculos, el coste de estos productos puede representar un 25% en cafeterías, pero acercarse al 50% en restaurantes de lujo. "El impacto medio de la subida en el coste medio de las materias primas lo podemos situar en torno a un 2%", cuentan.
A las subidas de los precios, insisten los hosteleros, hay que añadir el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). "Una subida de 15 euros mensuales también incidirá en la pérdida de los márgenes de beneficio de los negocios hosteleros, con un impacto medio en los precios de en torno a un 1%", calculan.
Con todo, prevén los empresarios, el impacto de la subida de los precios puede suponer una "gran pérdida" en el margen de beneficios de sus negocios, que se situaría entre 3-4 puntos.
No alcanza el empleo prepandemia
Aunque la recuperación en el sector está siendo palpable, con un aumento evidente de la facturación y la reincorporación de trabajadores en ERTE, la hostelería todavía está lejos de conseguir su nivel de empleo prepandemia.
El sector de los bares, restaurantes y hoteles se situó el pasado mes de septiembre por debajo de los 1,7 millones de afiliados registrados en el mismo mes de 2019; en concreto, cuenta con 146.000 trabajadores menos.