El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirma este martes que el Índice de Precios de Consumo (IPC) volvió a emporar en agosto hasta el 2,6% por el encarecimiento de los carburantes y lubricantes para vehículos personales (1,5%). Los alimentos y bebidas no alcohólicas tampoco dan tregua y siguen asfixiando a las familias con una subida anual del 10,5%. En este último caso, son ya 17 meses con tasas de dos dígitos.
Respecto al mes inmediatamente anterior, los carburantes se encarecieron un 7,2%, mientras que la alimentación siguió presionando con un incremento del 0,2%, aunque algo más moderado que el 0,7% registrado en julio. En términos generales, la cesta de la compra subió un 0,5% mensual en agosto.
Por productos específicos, las mayores subidas de precios entre agosto de este año y el del año pasado se concentran en el aceite de oliva (52,5%), el azúcar (42,5%), el arroz (21,6%), los productos de confitería (18,2%) y las patatas (18%). Las mayores bajadas, en la electricidad (-49,6%) y el transporte combinado de pasajeros (-47,7%).
En términos mensuales, las mayores subidas se produjeron en el transporte de pasajeros por mar (14,1%), los vuelos internacionales (10%), los combustibles líquidos (9,9%), el aceite de oliva (8,7%), el gasóleo (8,6%) y la gasolina (8,5%). Las mayores bajadas, en el gas natural (-6,8%), la fruta (-4,7%), y otros aceites comestibles (-3,4%).
La inflación subyacente (menos volátil al excluir los precios de la energía y de los alimentos frescos) descendió una décima, hasta el 6,1%, manteniéndose en el nivel que tenía en el mes de mayo. Respecto al mes anterior, repuntó un 0,3%, lo que indica que las presiones se mantienen.
Un año más por encima del 2%
Varios servicios de estudios coinciden en que la tasa de inflación será superior al nivel de estabilidad de precios que marca el Banco Central Europeo (BCE), del 2%, hasta finales de 2024. Esto se debe, por un lado, a los efectos base (los precios de la energía iniciaron su descenso tras el verano de 2022 y ahora se comparará el IPC actual con el de entonces).
Además, el IPC lleva siete meses sin registrar una sola bajada y en lo que va de año ha subido un 2,9%, con más intensidad de lo habitual. A esto se suma ahora el encarecimiento de los combustibles. Con todo, es posible que en el último trimestre la inflación siga creciendo y termine el año por encima del 4%.