El ejercicio 2022 no ha empezado con buenos síntomas para el sector del automóvil en España toda vez que las matriculaciones de turismos y todoterrenos, aunque consiguieron superar el dato de ventas de enero de 2021 por escasas 400 unidades y un crecimiento del 1%, pero sin olvidar que en enero del año pasado la pandemia de la Covid-19 se juntó con la nevada histórica Filomena, que tuvo bloqueadas poblaciones como Madrid durante casi dos semanas del mes.
Un mes de enero de este 2022 que es mejor que su predecesor, pero es el segundo más bajo de la serie histórica desde el año 2000. Y es que el primer mes del año, el sector sigue arrastrando la falta de microchips, que reduce de manera fundamental los stocks disponibles de vehículos y la crisis económica derivada de la pandemia, dado que la recuperación no es general y está tardando más en unos sectores que en otros.
Por todo ello, el presidente de la patronal de concesionarios oficiales de la marcas automovilísticas Faconauto, Gerardo Pérez, ha advertido que, con las matriculaciones actuales que registra el mercado automovilístico español, se acabará, por tercer año consecutivo, en unas 870.000 unidades, lo que podría provocar la destrucción de entre 5.000 y 7.000 puestos de trabajo.
En rueda de prensa, junto a la vicepresidenta ejecutiva de Faconauto, Marta Blázquez, Pérez ha destacado que, con el mal comienzo de las ventas de turismos y todoterrrenos en enero pasado, toda apunta a que el mercado se quedará por debajo de las 900.000 unidades, lo que podría suponer la confirmación de que en España existe un "mercado débil", lo que impactaría en las plantillas de los algo más de 2.000 concesionarios a los que representan.
Según Pérez, si las ventas de turismos no mejoran los empresarios del sector deberán ajustar sus plantillas a un mercado "anómalo" por debajo del que es el natural, de entre 1 y 1,2 millones de unidades, lo que conllevaría esos despidos de entre 5.000 y 7.000 personas que equivaldrían al cierre de dos plantas de fábricas de vehículos en España.
1.200 empleos menos
Entretanto, Pérez ha destacado como buen dato de 2021 que los concesionarios oficiales han sido capaces de mantener más o menos sus plantillas en comparación con 2020 en un ejercicio difícil marcado por la covid y la falta de semiconductores que espera que empiece a remitir en la segunda parte del ejercicio. El año pasado acabaron con 152.225 puestos de trabajo perdiendo solo el 0,78% respecto a 2020.
Ya no queda nadie en expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE), ha dicho Pérez, quien también ha informado de que la facturación ha subido el 0,7% en tasa interanual, hasta 36.000 millones de euros, una cifra que está sin embargo un 23% por debajo de la de 2019. La rentabilidad media sobre la facturación ha sido del 1%, cuando debería estar entre el 2 y 3%, que es la razonable según la patronal para poder crear empleo.
Este aumento de las plantillas pasa por implementar a la mayor velocidad "posible" el peso de los vehículos electrificados (ahora es del 6%), por implementar una reforma fiscal que vaya ligada al uso del automóvil y por garantizar seguridad jurídica para las inversiones que les exigen los fabricantes, ha enunciado.
Al respecto ha puesto el ejemplo de Stellantis, que todavía no ha comunicado a los concesionarios a los que ha retirado su contrato (expira oficialmente en año y medio) cómo lo va a hacer, ni tampoco a los que mantiene en qué situación se van a quedar.
Sobre esta problemática ha advertido de que desde Faconauto van a adoptar "decisiones que nunca se han tomado en nuestro país", que ha eludido avanzar, aunque serán "sin complejos" y "todas las que están a nuestro alcance" para salvaguardar los 35.000 empleos afectados por la decisión de Stellantis de reestructurar su red comercial.
Por todo ello el directivo ha pedido que se reúna la Mesa del automóvil y que el Gobierno diseñe un plan estratégico Perte para la distribución, ya que en el del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC) se les ha dejado fuera.