La economía española sólo creció un 2% en el tercer trimestre del año, según avanza este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un rebote del PIB que se antoja moderado con el fin de las restricciones, la mejoría del empleo y la recuperación del turismo.
El nuevo avance del organismo del tercer trimestre aleja aún más el cumplimiento de esa previsión del Ejecutivo de acabar el año con un crecimiento del 6,5%, pues la economía tendría que dispararse muchísimo en el cuarto trimestre en un contexto muy marcado por la inflación, los problemas de suministros y los cuellos de botella en las cadenas de producción.
Los analistas también advierten de que otro de los factores que impacta negativamente en la recuperación es el atasco en la ejecución de los fondos europeos, que animarán la economía. Con todo, el PIB está todavía un 6,6% por debajo de los niveles previos al coronavirus, lo que anticipa una recuperación más lenta de la esperada.
La contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB es de 1,5 puntos, 15,8 puntos inferior a la del segundo trimestre. Por su parte, la demanda externa presenta una aportación de 1,2 puntos, un punto superior a la del trimestre pasado.
Según los datos de Contabilidad Nacional que presenta el INE, durante el verano el consumo de los hogares registró un descenso del 0,5% frente a todo pronóstico, pues el segundo trimestre estuvo todavía marcado por el estado de alarma y, además, el empleo se está recuperando con mayor intensidad.
En términos de horas trabajadas, registra una variación anual de 3,3%; y los puestos equivalentes a tiempo completo lo hacen en 6,2%, lo que supone un aumento de alrededor de un 1 millón de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año.
Revisión del segundo trimestre
Aún así, esta tasa de crecimiento trimestral es nueve décimas superior a la registrada en el segundo trimestre. El avance de datos de Contabilidad Nacional del INE llega después de que el organismo revisara a la baja el PIB del segundo trimestre en septiembre, desde el 2,8% que se había adelantado a cierre de julio hasta el 1,1%, lo que supuso una reducción de 1,7 puntos respecto a la estimación de entonces.
El INE justificó la diferencia entre el dato adelantado y el final en el hecho de que en la estadística que presentó en julio sólo estaban disponibles los datos macroeconómicos hasta el mes de mayo y al incorporar los de junio, el resultado del PIB fue peor de lo esperado.
Tras esta revisión, la mayoría de organismos (FMI, AIReF, Banco de España y BBVA Research) ya han recortado sus previsiones de crecimiento para el conjunto del año, empañando el optimismo del Gobierno, que mantiene su estimación de que la economía española crecerá un 6,5% en 2021.
Una recuperación lenta
Con el dato avanzado este viernes, el PIB encadena dos trimestres con tasas interanuales positivas, pero la cifra se sitúa aún lejos de los niveles prepandemia. De hecho, la variación del PIB respecto al verano pasado apenas fue del 2,7%.
En definitiva, pese a la recuperación del turismo y el buen comportamiento del empleo (España creó 359.300 empleos en verano y superó los 20 millones de ocupados, según la EPA publicada este jueves), hay varios factores que lastran el crecimiento del producto interior bruto.
En este sentido, los analistas están corrigiendo sus proyecciones de crecimiento para este año por debajo del 6%, con la esperanza de que el ritmo se acelere ya en 2022 a medida que el precio de la energía se modere, los desajustes en la oferta se solventen, el consumo de los hogares se anime y el gasto de los fondos europeos se incremente.
