El 'tsunami' periodístico (con sospechas de contubernio y de movimiento de las 'cloacas del Estado') más relevante de los últimos años no podía terminar con todos los cabos atados. Cuando hay operaciones del calibre de la marcha de Pedro J. Ramírez de 'El Mundo', todos saben, todos quieren opinar, todo el mundo dispone de las claves, pero en realidad muy pocos tienen idea cabal. Desde que el miércoles por la tarde Vozpópuli fuera el primer medio en anunciar que Ramírez estaba con los dos pies fuera del proyecto que fundó, las especulaciones sobre la indemnización del intrépido periodista corrieron como la pólvora.
"Se ha ido con el zurrón bien lleno", parecía ser el consenso general. Se hablaba de 16 millones de euros, de 20 o incluso de 23. Cifras mareantes, con las que el exdirector de 'El Mundo' podría fácilmente montar un nuevo proyecto, sobre todo en soporte digital, y aún quedarle dinero para algunos caprichos. Pero una voz autorizada en la materia, el director de 'Abc', Bieito Rubido, se ha empeñado en desmentir este punto: "Los italianos se negaron a pagarle indemnización alguna, por eso se queda en el despacho de Carmen Iglesias. Le mantienen el sueldo, que no debe ser manco", aseguró el periodista gallego en la Cadena Cope. Según esta versión, Ramírez habría firmado una cláusula de no competencia que le impediría montar un nuevo proyecto mientras estuviera en la casa.
Para Rubido, la analogía con la salida de Luis María Ansón de 'Abc', en un ya muy lejano 1997, es clara. Ansón, en efecto, montó 'La Razón' desde un despacho de la calle Juan Ignacio Luca de Tena de Madrid (sede de 'Abc'), apenas a unos cientos de metros de la calle Josefa Valcárcel, donde acabó situándose la sede de su competidor en la derecha monárquica. Ahora, Ramírez podría disponer de una similar condición ventajosa, separada de las obligaciones diarias de un director de periódico, para tal vez preparar desde allí un nuevo proyecto.
Pero otras fuentes, igualmente bien informadas, aseguran que pensar que el periodista riojano se ha marchado sin cobrar por los servicios prestados es una tontería. Juran y perjuran que Pedro J. se va, pero con un buen talón de unos 16 millones de euros, cifra tal vez más acorde con la condición del aludido como fundador y director durante 25 años del segundo periódico español, condición que, en todo caso, ha permitido a Pedro J. hacerse rico, dicho sea en honor a la verdad.
Según estas fuentes, la propiedad italiana de Unidad Editorial habría ofrecido al periodista 12 millones de euros como indemnización, cifra que finalmente quedó fijada en los 16 reseñados tras la dura resistencia de Pedro J. a aceptar una cantidad inferior. Con respecto a la cláusula de no competencia, no hay ninguna duda: Ramírez se ha comprometido a no competir, de momento, con su criatura, tal y como él mismo ha confirmado, y a quedarse en la casa, no se sabe si para alegría o disgusto de su sucesor, García-Abadillo.
En Unidad Editorial han respondido a las llamadas de este diario, preguntando por la cifra que Pedro J. se ha embolsado, con el laconismo que es de imaginar: "Son cláusulas confidenciales, que en ningún caso podemos hacer públicas".