Suenan campanas de nuevo tripartito en el Ayuntamiento de Barcelona. La alcadesa, Ada Colau, y el presidente del Grupo Municipal de ERC, Ernest Maragall, han escenificado un principio de acuerdo, con vistas a aprobar los presupuestos municipales de la ciudad, que tiene todos los visos de convertirse en los prolegómenos de algo más que una bonita amistad. La entente entre comunes y republicanos (PSC mediante), permitirá que Barcelona dé luz verde las cuentas municipales más elevadas de su historia, que se encaramarán hasta los 3.000 millones de euros.
La foto definitiva del pacto barcelonés a tres bandas solo está pendiente de que se pulan algunos flecos, que quedarán perfectamente ajustados la próxima semana. Eso hará posible que el documento definitivo de las cuentas sea ratificado primero en la próxima comisión de Economía y, como colofón, en el plenario municipal previsto para finales de este mes.
“Este es el camino” ha apostillado una sonriente Colau al hacer público el consenso entre su gobierno (que incluye al PSC, no olvidemos) con ERC. Y lo ha dicho dirigiéndose también al Govern de la Generalitat y al Gobierno de Pedro Sánchez: “Cataluña y España han de cambiar la actual situación de excepcionalidad por la buena política y el acuerdo”, ha rubricado la alcaldesa. Toda una declaración de intenciones y un vaticinio que podría programar su siguiente capítulo en el Parlament de Catalunya, con un abrazo -tipo Vergara- entre comunes y republicanos que desencalle las cuentas de la Generalitat. Siempre ante la expectante mirada de los socialistas.
ERC califica el acercamiento de “acuerdo de gobierno”
Tan convencido se ha mostrado Maragall de que todas las peticiones, exigencias y criterios políticos de ERC se verán plasmados en las cuentas municipales de Barcelona para el 2020, que en varias ocasiones ha definido el inminente pacto presupuestario como un “acuerdo de Gobierno”. Maragall se ha atrevido a tender la mano a Junts per Catalunya para que se incorpore a la triple entente: “Estaríamos encantados de que se sume”, ha asegurado el líder de los republicanos. Colau también ha guiñado un ojo a la formación de Elsa Artadi y Carles Puigdemont “Mantenemos conversaciones con JxC. Estamos abiertos a que se sume y ojalá sea así. Cuanto más amplio sea el acuerdo, mejor será para Barcelona”, ha añadido la primera edil.
La aportación de ERC a la propuesta presupuestaria será la incorporación de 100 millones extras al capítulo de inversiones que tendrán como principales destinatarios la educación de los cero a los tres años, la vivienda y a medidas para luchar contra el cambio climático. “El presupuesto es ambicioso porque ha de responder a los grandes retos que tiene Barcelona”, ha subrayado Ernest Maragall.
El aumento del presupuesto -que cumplirá a rajatabla las estrictas restricciones de la Ley Montoro de estabilidad presupuestaría- conllevará un aumento del capítulo de ingresos con la implementación de una nueva (y polémica) tasa turística para cuya implantación será necesario el beneplácito del Parlament de Cataluña. Pero los republicanos han dado por hecho su “compromiso” de que sus compañeros de filas en la cámara catalana pondrán una alfombra para que la tasa barcelonesa tenga luz verde.
El tranvía de la Diagonal sigue siendo prioritario
Lo que no incluirá el presupuesto es una partida específica para el Tranvía de la Diagonal, aunque Ada Colau ha insistido en que la unión de las dos líneas del Tram -desde la plaza de las Glòries a la de Francesc Macià- es “una prioridad” y que su gobierno volverá a poner el proyecto sobre la mesa y, por lo tanto, comenzará las obras en cuanto se acuerde con la Generalitat el plan financiero. “Se hará un esfuerzo para que las obras comiencen cuanto antes mejor”, ha asegurado la alcaldesa de Barcelona. Soplan nuevos tiempos en el consistorio barcelonés, aunque arrastren reminiscencias de un pasado no muy lejano. Llega “el fin de la austeridad”. Palabra de Colau.