España

El 'Madoff español' endosó su empresa a un drogadicto por 500 euros "para cocaína"

El comprador, con varios antecedentes, declara a la Policía que unas personas le subieron en un coche y no supo que firmaba la adquisición de la compañía, investigada por estafar 15 millones a 750 personas

  • La Policía cree que Andrés Raúl Cano vendió la empresa para eludir su responsabilidad

Raúl G.G. ni siquiera tiene teléfono móvil. En su ficha policial constan seis antecedentes por delitos menores. Asegura que no sabe nada de la empresa ARC a pesar de que, desde el pasado verano, figura como su administrador. Mucho menos conoce que su compañía tiene contraída una deuda de 15 millones de euros con 744 personas en la que supone una de las mayores estafas piramidales en las que ha trabajado la Policía española. El fundador de la compañía y principal acusado es Andrés Raúl Cano Olivares, un ex futbolista al que ya se le conoce como el Madoff español.

Según informó este periódico, Andrés Raúl Cano Olivares fue detenido y posteriormente puesto en libertad el pasado 7 de febrero, acusado de estafa y blanqueo de capitales. Ese día también fue arrestado su presunto hombre de paja. Vozpópuli ha tenido acceso a la declaración policial que prestó esta persona, elegido presuntamente por el exfutbolista metido a empresario para ocultar su responsabilidad en los hechos. Fue en la Unidad de Policía Judicial adscrita a los Juzgados de Plaza de Castilla a las 13.27 horas ante la presencia de un inspector y un oficial de la Policía Nacional.

Asistido por una abogada, aseguró que no conocía a Andrés Raúl Cano Olivares y dudaba ser capaz de reconocerle si le tuviese delante. No pudo aportar ante los investigadores ningún dato de la persona que le ofreció la compraventa de la empresa ARC Global Trader S.L.,que es el nombre completo de la firma con las siglas de su fundador. Ofrecía a sus clientes amplias rentabilidades por sus inversiones. Se pagaban con el dinero que iban a aportando los nuevos clientes. Cuando la captación de nuevos inversores se resintió, la burbuja estalló. Es el mismo modus operandi que puso en marcha Bernard Madoff en Estados Unidos y que le costó una condena de 150 años.

Según consta en la citada declaración policial, este drogadicto dijo que “no sabía que estaba adquiriendo empresa alguna, que le ofrecieron firmar una documentación y que le entregarían 500 euros a cambio, accediendo por necesidad, toda vez que en aquel momento necesitaba el dinero para comer y consumir cocaína”. Acto seguido, admitió haber firmado unos documentos, pero explicó ante los investigadores que no sabía lo que estaba haciendo.

Extracto de la declaración policial

Es habitual que en muchas investigaciones relacionadas con el blanqueo de capitales o el narcotráfico, los delincuentes compren a personas con pocos recursos en difícil situación para poner a su nombre sus negocios u operaciones y de ese modo no tener que responder con su patrimonio en caso de ser descubiertos. El Confidencial adelantó el pasado diciembre que la compra de ARC se había realizado por un precio simbólico de un euro a un acuchillador de parqué.

Según el informe policial al que ha tenido Vozpópuli, esta operación “es un claro indicador de que Andrés Raúl Cano realiza la venta presumiblemente para evitar responsabilidades civiles y penales derivadas de sus actuaciones, indicios que se afianzan al consultar las bases de datos policiales por delitos menores (robo con fuerza, tráfico de drogas, robo, hurto con uso de vehículo y falsedad documental) muy alejado del perfil de un presunto inversor”.

Raúl G.G. dice que nunca estuvo en la sede de ARC, situada en la Calle Mayor de Alcorcón, tampoco en ninguna notaría para formalizar la compra de las acciones de una empresa con inversiones en bolsa. Según narró a los policías, a él le abordaron unos señores en plena calle, concretamente en la Gran Vía de Madrid. Allí le subieron en un coche, que según cree recordar era un Mercedes de color oscuro.

Dijo a la Policía que le abordaron en la Gran Vía de Madrid

En el interior del vehículo es donde firmó los documentos y allí mismo le dieron el dinero en metálico. En ese momento también le solicitaron el DNI haciendo una fotografía del mismo por el anverso y por el reverso, manifestándole que posteriormente lo iban a escanear. Tampoco supo dar ningún dato de las personas que estaban en el interior del vehículo. Cuando los investigadores policiales le preguntaron acerca de si sabía que ARC tiene deudas contraídas con sus inversores que ascienden a los 15 millones de euros, este hombre dijo no saber ni de que le estaban hablando.  

El mismo día prestó declaración el propio Andrés Raúl Cano. Compareció ante los agentes hasta la madrugada del 8 de febrero. A los investigadores les confirmó que había vendido la  empresa en julio de 2017 y se desvinculó de las actividades de la firma desde esa fecha. Al ser preguntado sobre a quién se la había vendido, dijo que “por la empresa se interesó un tal Carlos” con el que llegó a un acuerdo a pesar de lo cual no supo dar más datos sobre esta persona.

Según añadió, el día de la compra se presentó Raúl G.G. acompañado de un asesor al que tampoco supo identificar. Ante los policías se comprometió a aportar más datos del “tal Carlos”. En cuanto al precio simbólico de un euro, lo argumentó diciendo que “fue una venta de activo por pasivo, firmando la compra y venta en una notaría de Torrelodones (Madrid)”.

Su mujer, 70.000 euros

En sus explicaciones aportó otra serie de detalles sobre la operativa de la empresa como que su mujer, en nómina de la compañía, cobró 70.000 euros entre marzo de 2016 y octubre de 2017 (hasta tres meses después de que presuntamente vendiese la empresa). Su esposa era la comunity manager. Doctorando en periodismo y experta en redes sociales “no iba por la empresa porque trabajaba desde la casa”, según dijo.

Fuentes del entorno de Raúl Cano Olivares consultadas por este periódico niegan la versión policial y dicen que difícilmente los hechos por los que se le acusan podrían eludirse por vender la empresa. También alegan que consta en las actas de la notaría que el día de la firma estuvo presente el comprador, quien declaró que le habían escaneado el DNI.   

Todos estos hechos se encuentran también bajo la investigación de la Unidad Central contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía, que ya ha aportado varios informes al Juzgado de Instrucción número 10 de Plaza de Castilla que instruye el caso. Este juzgado ha citado a declarar a Andrés Raúl Cano de nuevo el próximo 20 de abril a las 10.30 horas. Tres días antes declarará de nuevo su presunto hombre de paja, Raúl G.G.

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