Además, durante la madrugada de hoy los antinucleares lograron impedir, en varias ocasiones, que el tren "castor" siguiera adelante a su paso por la región del Palatinado y en el estado federado de Hesse, ambos en el oeste del país.
Las fuerzas de seguridad, que han desplegado a un total de 20.000 efectivos para asegurar el recorrido de este polémico tren, han aplicado este año una nueva estrategia y optado por la "tolerancia cero", como apuntó en su edición de hoy el periódico "Berliner Tageszeitung".
"La policía ha reaccionado con una fuerza inusual contra las protestas", señalaba en portada este rotativo, que recordó que en años anteriores las fuerzas de seguridad no actuaron contra los antinucleares hasta que estos no intentaron detener el tren.
A mediodía está prevista una gran manifestación en contra de la energía atómica en la localidad de Dannenberg, la más cercana al cementerio nuclear de Gorleben, en la que los organizadores prevén congregar a varios miles de activistas.
No obstante, aún no se conoce cuándo llegará el "castor" a esta localidad, en donde los once contenedores con 2.500 toneladas de basura altamente radiactiva deben ser trasladados a camiones para recorrer los últimos kilómetros por carretera hasta el depósito temporal de Gorleben.
Durante la noche también se sucedieron una serie de protestas antinucleares en gran parte del recorrido del convoy radiactivo, lo que obligó al tren a detenerse en varias ocasiones.
Entre estos incidentes, destacaron los enfrentamientos entre ecologistas y fuerzas de seguridad en la región de Wendland, próxima a Gorleben, en donde ardieron dos vehículos policiales, según "Der Spiegel".
La policía informó en un comunicado que sus efectivos fueron allí atacados con cócteles molotov, y los activistas y medios de comunicación destacaron el abundante uso de cañones de agua, pelotas de goma y gases lacrimógenos por parte de las fuerzas de seguridad.
El convoy con los contenedores de residuos, conocidos como "castor", entró en territorio alemán ayer por la mañana por la localidad de Saarbrücken (oeste del país) procedente de la planta de procesamiento de basura atómica de Le Hague (oeste de Francia).
No obstante, el jueves por la noche ya se produjeron en territorio alemán los primeros incidentes relacionados con el paso del tren, cuando la policía empleó cañones de agua contra unos 800 manifestantes en Wendland.
Desde hace años, los transportes de desechos radiactivos por Alemania generan fuertes protestas del colectivo antinuclear, con recurrentes sucesivos cortes de las vías en su trayecto al depósito de Gorleben.
Tras las multitudinarias concentraciones del año pasado, las más concurridas en décadas, las protestas de 2011 serán las primeras tras el aprobación del "apagón" nuclear de la canciller federal, Angela Merkel, bajo el impacto de la catástrofe de la central atómica de Fukushima.