El aparato contra el aparatito, sostenido por el sector crítico. Y no habrá primarias, sino un congreso. Aunque ninguno se ha postulado todavía al cargo, todos en el PSOE dan por hecho que Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Cachón disputarán la secretaría general del partido en el Congreso de Sevilla, del 3 al 5 de febrero. El malogrado candidato y la ministra de Defensa en funciones pueden no postularse hasta que se celebre el cónclave, defendido por los barones regionales antes que movilizar a los afiliados.
También podrá hacerlo quien desee, siempre que obtenga el respaldo del 20% de los delegados de la convención sevillana. Para ser precandidato se introducen novedades: el aval se rebaja al 10% de los miembros del Comité Federal. En la cumbre del socialismo, la número 38, de la que el partido espera una regeneración pero también un espaldarazo a José Antonio Griñán en los complicados, casi imposibles, comicios andaluces de marzo, participarán 970 delegados.
Así pues, toda la carne en la cita del Guadalquivir. Esa es la idea general que se desprende del comité del PSOE, congregado ayer. Tomás Gómez, quien esta semana dijo que esperaba que Chacón compitiese por liderar la formación, se quedó ayer solo en su apuesta por celebrar primarias.
La corriente crítica
"He venido a defender el derecho de los afiliados a que se decida el futuro del partido de manera más directa", explicó Gómez ayer. "El PSOE tiene que ser punta de lanza en la profundización de la democracia". Su voz fue una de las pocas disonantes, junto con la del diputado del PSC Daniel Fernández – “ahora deben hablar los afiliados", dijo- o la del portavoz de la corriente Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio de Penagos, que pidió a Rubalcaba directamente que no se presente tras el batacazo del 20-N.
Izquierda Socialista se sintió marginada durante la elaboración de las listas electorales, y ahora podría acercarse a Chacón. La titular de Defensa sabe que eso de ser candidato “oficial” no siempre garantiza el éxito: José Bono en 2000 y Trinidad Jiménez en 2010 son dos claros ejemplos.
En respuesta a Gómez, el secretario general del PSOE castellano-leonés, Óscar López, recordó que "en los Congresos del partido quienes participan son los militantes". A López y a la idea de no hacer votar a la militancia lo apoyan otros barones, como José María Barreda o Griñán.