De hecho, han empezado ya a circular correos electrónicos en busca de localidades para el encuentro del próximo sábado 10 de diciembre. Las entidades cuentan con clientes especiales, que gustan de gozar de lo exclusivo, de lujos cuanto más caros, mejor. Y no dudan en solicitarlo a su banca privada de confianza, que se afana en estos días en lograr algo que puede llegar a satisfacer a su cliente más que una destacada rentabilidad.
Los primeros movimientos están situando el precio de las mejores entradas en el entorno de los 1.000 euros, aunque el potencial de subida aún es destacado, teniendo en cuenta que aún resta una semana para el partido.
Por si acaso, el Real Madrid, anfitrión del encuentro, ya se ha puesto en contacto con sus abonados para recordarles que si no van a acudir al partido pueden ceder su localidad y así obtener un descuento con vistas a la temporada que viene.
Porque en estos encuentros, el tráfico de carnets y abonos se intensifica, teniendo en cuenta que desde hace tiempo, el abono madridista no es personal e intransferible, con lo que cualquier persona que lo porte puede acceder al campo sin el menor problema ni comprobación previa.
Como muchas cosas, la reventa también ha cambiado en los últimos tiempos. Por supuesto que los “profesionales” de la práctica siguen merodeando los alrededores de los estadios en busca de clientes. Pero los preferentes son de guante blanco y emplean otro tipo de vías que, además, les asegura la inmunidad en el caso de que haya cualquier problema. Por supuesto, no sólo se trata de que el cliente quede satisfecho con la localidad sino también que no se manche las manos.