La Fiscalía ha solicitado prisión comunicada y sin fianza para Yassin Kanza, el presunto yihadista de Algeciras acusado de asesinar a un sacristán en una cadena de ataques la semana pasada. El Ministerio Público ha pedido al magistrado de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea que acuerde cárcel para el acusado por los delitos de asesinato terrorista, intento de asesinato terrorista y delito de lesiones terroristas.
El fiscal al frente del caso, Emilio Miró, solicita cárcel amparándose en el riesgo de fuga, la ocultación de fuentes de prueba y ante el riesgo de que pueda volver a perpetrar otro ataque. Yassin Kanza -que sí ha declarado ante el juez-ha pasado a disposición judicial este lunes después de que se ampliara el plazo el plazo de de su detención policial. Los agentes le arrestaron horas después de los hechos ocurridos el miércoles por la tarde.
El atacante, a quien se le imputa la comisión de tres delitos, sembró el caos al agredir con un machete de grandes dimensiones a varias personas, una de las cuáles falleció en el acto. Se trata de Diego Valencia, el sacristán de la Iglesia de la Palma, a quien el atacante asesinó al grito de Alá.
Caos en Algeciras
Según el relato de hechos del juez, Yassin entró pasadas las 19.30 horas en la Iglesia de San Isidro, de Algeciras (donde había estado horas antes discutiendo con feligreses). Ante los gritos en árabe que estaba profiriendo el sacerdote, una vez terminada la misa, decidió bajar para comprobar lo que estaba ocurriendo. En ese momento, Yassin K. le agredió con el machete causándole lesiones de gravedad. También intentó atacar a uno de los testigos allí presentes.
El joven, de 25 años, salió del lugar y se dirigió a la Iglesia Virgen La Palma, ubicada a unos 200 metros del otro centro religioso. Allí se encontraba el sacristán Diego Valencia, el cual estaba abandonando el lugar por la puerta trasera. En ese momento Yassin K. aprovechó y le atacó con el machete.
La víctima trató de huir y llegó a la plaza Altea. "(El atacante) sujeta la catana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra “allah” le asesta una última estocada mortal", reza el magistrado en su auto. Tras asesinarle, siguió paseando por la plaza para terror de las personas que estaban en ese momento allí y que presenciaron y grabaron los hechos.
Yihadismo salafista
El magistrado de la Audiencia Nacional que asumió la causa por encontrarse en funciones de guardia, autorizó el registro del domicilio que se produjo tras su detención. Los agentes le intervinieron abundante medicación e intervinieron sus sistemas de comunicaciones. Fuentes policiales consultadas por este medio destacan su "perfil problemático" y advierten que en los últimos meses pudo haber profundizado en espacios de deriva salafista.
El joven, que estaba pendiente de ser extraditado a Marruecos, residía en una casa pequeña en la calle Sevilla de Algeciras junto con varios compañeros. Las mismas fuentes policiales hablan de peleas y de sus problemas con el alcohol. La investigación, tras su detención y comparecencia ante el juez, sigue abierta por delito de terrorismo.