Mirar al frutero y ver algunos alimentos con moho, por ejemplo, una naranja es habitual. Estos productos no son los únicos que se pueden encontrar en ese estado. Si echas un vistazo en la nevera y abres el frasco que guarda esa salsa de tomate que llevas sin abrir durante semanas, puede que también la encuentres con moho que se ha formado en una de las esquinas.
Estos son solo algunos de los ejemplos de lo que le puede pasar a los alimentos en el que caso de que no se consumen en su debido tiempo. Existen diferentes tipos de mohos (verde, blanco, negro...) que pueden invadir los alimentos. Se trata de hongos que llegan a penetrar en el interior a través del micelio, es decir, unas finas "ramificaciones difíciles de percibir a simple vista", según cuenta la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
La OCU también explica cuáles son los riesgos que tiene el moho. Principalmente, son dos: "Puede producir microtoxinas, sustancias tóxicas capaces de inducir cáncer y alteraciones genéticas" y, por otro lado, "junto a los hongos pueden crecer bacterias patógenas indetectables por el ojo humano".
Sin embargo, tal y como cuenta la OCU, sí que hay una serie de alimentos que se pueden consumir a pesar de que puedan tener moho, puesto que no suponen un riesgo para la salud. ¿Quieres saber de que productos se trata? Te dejamos todos los detalles.
Los tres alimentos que se pueden comer con moho
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) desgrana cuáles son esos productos que sí se pueden consumir a pesar de tener moho. El primer grupo de alimentos son los embutidos, más concretamente, el jamón, la cecina o el salchichón. Según explica la entidad "es normal que aparezca algo de moho si tardan en consumirse. Raspa el moho y toma el resto".
El siguiente son los quesos duros. Esto quiere decir, "aquellos que tienen poca humedad" como, por ejemplo, el manchego, el emmental o el gouda. La OCU dice que "se pueden comer después de quitar con un cuchillo toda la parte que rodea el moho, con una propina de 2 centímetros alrededor y por debajo de la zona afectada".
Y por último, las frutas y vegetales turgentes. "Los vegetales de carne firme, como la zanahoria, el pimiento o el repollo, se pueden comer tras quitar con un cuchillo toda la zona alrededor del moho, incluido el mismo margen de seguridad de 2 centímetros alrededor y por debajo", dice la OCU.
Además, para evitar los riesgos que presenta el moho, la OCU da una serie de pautas que se deberían seguir para evitarlo:
- No comprar alimentos que ya presentan moho.
- Si a un alimento le ha salido moho, no se debe olerlo, puesto que la inhalación de hongos puede causar daños respiratorios.
- Comprar los alimentos frescos en cantidades adecuadas al tamaño y al ritmo de consumo de la familia.
- Limpiar el interior de la nevera cada cierto tiempo; las esporas de los hongos pueden acumularse en su interior.
- Revisar el estado de los alimentos que se guarden en la nevera o en el frutero.
- Examinar todo lo que esté cerca de un alimento mohoso, porque los hongos se dispersan rápidamente en las frutas y las verduras.
- Envolver los alimentos mohosos en un papel antes de tirarlos al cubo de basura para que las esporas no vuelen cada vez que se abra la tapa del cubo.
Republica-Rojigualda
Sra. Alonso, el jamón y la cecina no son embutidos, son fiambres.