Durante 20 de los 21 años que presidió el Comité Olímpico Internacional (COI), el catalán Juan Antonio Samaranch se enamoró tanto de aquel hotel estilo Belle Époque que decidió hacer de él su vivienda en Lausana, la ciudad suiza francófona donde se halla la sede del COI. No eligió mal Samaranch: el Lausanne Palace es un cinco estrellas con la categoría de lujo y cuya tarifa más barata por habitación ronda los 500 euros la noche. El mismo que ha elegido la delegación madrileña para promocionar esta semana la última fase de la candidatura de Madrid 2020, los “Juegos de la austeridad”, como les gusta vender a sus adalides.
Dio tanto juego el camaleónico Samaranch al inmueble, levantado en 1915 en la céntrica Rue du Grand Chêne, que la gerencia del Lausanne decidió que el presidente del COI no pagaría la suite cuando se encontrara fuera de la ciudad, aunque permanecieran allí sus aposentos personales. No correrán la misma suerte la alcaldesa Ana Botella y su séquito, compuesto de una veintena de personas entre miembros de la delegación (encabezada por Alejandro Blanco) e invitados; y este último grupo viene cargado de figuras políticas harto destacadas: así, pasarán por el hotel el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien acude hoy tras la cumbre europea de Berlín; el ministro de Economía, Luis de Guindos, o el Príncipe Felipe. Todos a sueldo de la sociedad Madrid 2020 por segunda vez en 20 días. Parte de la candidatura, Botella incluida, ya estuvo en Suiza hace menos de tres semanas en un acto similar.
Por tercera vez en ocho años, el equipo de Gobierno del PP en la capital se lanza a por las Olimpiadas, pero esta vez todo es distinto: a diferencia de Alberto Ruiz-Gallardón, promotor de valores deportivos y obras faraónicas, Botella exhibe una ciudad con las instalaciones terminadas y ahogada en una deuda (y unos intereses) cercana a los 8.000 millones de euros por mor de su antecesor. Por eso el Ayuntamiento no ha desligado del todo su aspiración olímpica de la crisis, inventándose un Madrid 2020 con un presupuesto “realista y conservador”.
Sensatas palabras que en nada casan con los viajes de una semana que se ha dado en los dos últimos años la regidora, acompañada siempre de los Alejandro Blanco, Víctor Sánchez, Theresa Zabell y demás miembros de la sociedad 2020 y del Comité Olímpico Español. Aparte de hacer lobby por Madrid, la Candidatura de la Austeridad también conoció las comodidades de hoteles nada austeros de Québec (ciudad) o San Petersburgo. La recta final, en Lausana y por partida doble, no ha sido excepción. Tampoco para el Gobierno de la Nación. Ayer de Guindos se congratulaba de que la candidatura resolviera sin dificultades su examen financiero, el último antes de la final del 7 de septiembre en Buenos Aires. "¡Ni una sola pregunta sobre Economía!", celebraron los integrantes del equipo, según El Mundo.
Disfrutarán, pues, los representantes institucionales del sol que planea estos días sobre la localidad bañada por el espectacular Lago Lemán, muy cerca de la cordillera alpina, a un paso de cumbres que superan fácilmente los 3.000 metros. Podrá también el cortejo recrearse en el hotel, que, como establecimiento de alto copete, cuenta con cinco restaurantes y con un sinfín de actividades por si uno se aburre. La presencia de la delegación en el Lausanne Palace fue confirmada ayer a este medio por empleados del edificio y por otras fuentes en el país helvético.
Por otra parte, dicen las guías que el Lausanne, que tiene las mejores vistas al lago, sirve un porcelet d’Ormalingen de muerte.