Frente a cualquier reminiscencia del pasado, que representa Susana Díaz, nueva dosis de sanchismo en la cúpula del PSOE andaluz. Juan Espadas ha aprovechado este viernes, día de su proclamación oficial por aclamación como secretario general (era el único candidato), para presentar a quien será su mano derecha de transición en el partido hasta que se celebre el 14 Congreso Regional en noviembre. Se trata del diputado por Jaén en la Cámara Baja Felipe Sicilia, a su vez portavoz adjunto del PSOE en dicha institución. Él es uno de los primeros sanchistas que se rebelaron en Andalucía frente al liderazgo de Díaz. De hecho, su nombre llegó a sonar para encabezar una candidatura.
El también alcalde de Sevilla ha convocado a la prensa en la sede regional de la calle San Vicente para presentar al equipo de personas que le acompañarán en esta etapa de transición, precongresual: “Lo que estáis viendo aquí es algo más que una foto”, ha dicho con orgullo sobre "los diez mujeres y diez hombres", en su mayoría alcaldesas y alcaldesas, así como ediles de las ocho provincias andaluzas, además de dos senadores. La impronta de su "municipalismo" está presente en cada nombramiento.
Espadas, designado ya candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía, ha definido la etapa que se abre ahora, hasta el 6 y 7 de noviembre, fecha del cónclave para elegir nueva ejecutiva regional, como "el primer proceso de impulso más importante que se ha hecho en una organización política". Comienza ahora, según sus palabras, la hora de "escuchar propuestas", principalmente de la militancia, así como de colectivos sociales, de toda índole, que se alejaron del PSOE que encarnaba Susana Díaz.
Sanitarios, docentes, jóvenes y sindicatos son principalmente el granero de electores, fieles al partido del puño y la rosa en Andalucía que, en un número de menos de 500.000, no fueron a votar a la entonces presidenta de la Junta –el 2 de diciembre de 2018– pero sí salieron del descontento y la abstención cuando hubo que acudir a la urna para depositar la papeleta de Pedro Sánchez en unas generales.“Este primer equipo tendrá continuidad con un segundo equipo, que será el de la comisiónn organizadora" del Congreso Regional, ha dicho sobre las personas que lo integran, con una media de edad que ronda los cuarenta años.
Cohabitar con el aparato que nombró Díaz
Así pues, a falta de un tercer equipo que estará en la futura ejecutiva regional del PSOE-A, Espadas cuenta ya con dos estructuras vinculadas al partido. Por un lado, el Grupo Parlamentario en el que ha removido a todos los 'susanistas' y, por otro, esta especie de ejecutiva paralela a la actual, vacía de contenido y "en suspenso", como ha dicho el todavía desconocido líder socialista andaluz, especialmente en provinciales orientales como Málaga, Granada y Almería.
Y es que, aunque Espadas sea el nuevo secretario general con plenos poderes, tiene que cohabitar con todo el aparato que nombró Díaz hasta el 14 Congreso Regional, algo que no supone para él ningún problema y no es más que un mero trámite orgánico. Los hasta ahora fieles a Susana ni están, ni se les espera, para crear problema alguno, empezando por ella misma, que fue la primera en dar un "paso al lado". Lo hizo la misma noche de la derrota, en primarias, y el pasado miércoles era designada senadora autonómica en el Parlamento regional.
Dimite el secretario de Organización del PSOE-A
De hecho, el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, hasta ahora 'número 2' de Susana Díaz en el mando del partido, ha dimitido de su cargo este mismo viernes para allanar aún más el camino a Espadas. Cornejo no lo tenía fácil porque, en teoría, a él le correspondía organizar el cónclave de noviembre del que saldrá elegido oficialmente Espadas como secretario general. Ahora, libre de cargas y cargos, se inhibe de asumir cualquier responsabilidad en lo que fuentes de su entorno, consultadas por Vozpópuli, definen como lo que hubiera sido para él "un marrón en toda regla".
Tras el fracaso que supuso para el PSOE perder la Junta de Andalucía, después de casi cuarenta años de gobiernos ininterrumpidos, Espadas habla de buscar propuestas para saber "cómo recuperar la ilusión y la esperanza", al tiempo que aboga por "hablar de una forma más moderna".
Tras reiterar, de forma machacona, su "municipalismo" como bandera del nuevo PSOE-A el sucesor de Díaz anuncia una proyecto político "ecologista y feminista", donde la juventud y la experiencia "se combinen".