Las guerras de Ucrania e Israel consolidan la presencia militar de EEUU en Rota

Rota (Cádiz) cuenta con un nuevo destructor estadounidense en su base naval. El destructor USS Oscar Austin es ya el quinto elemento de la flota en aguas nacionales. En 2026 llegará el sexto destructor que EEUU y España pactaron bajo el paraguas del escudo antimisiles de la OTAN en 2022, cuando la preocupación era la amenaza rusa en Europa. 

Con la embarcación llegan nuevos inquilinos para la Base, 450 marinos ahora que serán un total de 700 estadounidenses en 2026. Ser casero de los militares estadounidenses en su estratégico enclave que es la puerta al Mediterráneo “es muy positivo en lo social y lo económico”, cuenta el alcalde Javier Ruiz Arana. Pero las luces que alumbran el nuevo destructor tienen sus sombras. 

“Al final, son cerca de 6.000 norteamericanos que se instalan sobre todo en nuestro municipio”, confiesa el regidor roteño, que lamenta que los servicios municipales están infrafinanciados por el ministerio de Hacienda para hacer frente a esta comunidad que reside, aunque no esté censada. “Recibimos una compensación de un millón de euros, pero ya hemos dicho a la vicepresidenta -María Jesús Montero- que esa cantidad es insuficiente”. 

Ruiz Arana hace estos llamamientos el día que Rota recibe la visita de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que da la bienvenida a la flota estadounidense que atracó el día 16 en la Base. 

Uno de los mayores destructores del mundo en aguas de Cádiz  

El nuevo destructor es una embarcación llamada a renovar la flota americana, tiene una eslora de 155 metros, cambiando el paisaje del puerto. Se trata de un modelo Arleigh Burke Class nacido en el año 2000, se botó en Maine y es idóneo para hacer frente a minas marinas y para albergar dos helicópteros MH-60. No obstante, el acuerdo bilateral entre los responsables de Defensa no define la presencia de helicópteros en la base, algo que tampoco han confirmado desde la embajada de Estados Unidos. 

“Para nosotros esta es una gran noticia porque consolidamos décadas de colaboración y aumentamos la capacidad del escudo antimisiles porque, al fin y al cabo, la OTAN es la mejor forma de prevenir la guerra”, detalla a Vozpópuli la portavoz de la embajada Jamie Martin. 

La renovación de 2022 del Acuerdo de Cooperación en Materia de la Defensa implica “mucha más actividad conjunta entre nuestros ejércitos, no solo en Rota, sino en todo el mundo”. Cuando Biden y Sánchez sellaron el nuevo acuerdo en junio del 2022, el problema era Putin bombardeando Ucrania y su amenaza nuclear.  

Ahora, los bombardeos internacionales de Netanyahu y la esperada respuesta de Irán dan otra relevancia al escudo antimisiles y a la seguridad de la USS Navy en el mediterráneo oriental. Cuestionamos si la postura crítica de España con el belicismo de Israel genera distanciamiento en el plano militar, “ese aspecto queda fuera del plano y no tiene que ver con Rota. De hecho, Estados Unidos y España apoyamos la postura de los dos estados como mejor solución para la paz”. 

Desde el puente de mando, Margarita Robles ha definido la coyuntura internacional como difícil, “de ahí la importancia de colaborar para trabajar por la paz”. La ministra ha hecho hincapié en la importancia de la defensa antiaérea en la situación internacional, con un claro respaldo al paraguas que presta la OTAN a nuestra región. 

Una convivencia tan rentable como incuestionable  

Cuestionado sobre las implicaciones de los nuevos destructores en la Base, el alcalde sintetiza, “más población, más trabajo y más oportundades”, explica exultante. A pesar del déficit que generan en la gestión de servicios municipales, el balance socioeconómico “nos da resultados más que notables, el astillero de Navantia, por ejemplo, prevé fortalecer sus servicios y allí trabajan cada día 500 personas”. 

Como ejemplo de esta prosperidad implícita, ahí está el recién inaugurado Centro de Especialización de Fabricación y Reparación (CESFARE) de la Armada y las mejoras que se están llevando a cabo en la base, de 26 kilómetros de perímetro y 2.500 hectáreas de superficie. 

Desde el entorno de la Base calculan que el empleo que generarán los nuevos barcos puede llegar a los 90 millones de euros en los próximos años. De hecho, los astilleros de Rota tendrán que ampliar sus servicios. 

Fuentes diplomáticas estadounidenses destacan que su estancia en esta esquina de la península Ibérica da soporte a más de 5.000 puestos de trabajo españoles y hace que las fuerzas estadounidenses inyecten más de 280 millones de euros al año en la economía local. 

La llegada de los dos nuevos destructores traerá a 700 nuevos marines más 350 familiares que se suman a los 4.250 efectivos de personal militar de EEUU que ya vivían en Cádiz. Muchos de ellos optan por vivir fuera de la Base, “la verdad es que es un destino muy popular entre los militares”, confiesa Martin.

Barras y estrellas a la roteña  

La base nació en 1956. El fortín militar tiene más de 2.000 hectáreas en las que hay una pequeña ciudad estadounidense con su aeropuerto (llega a superar los 20.000 vuelos anuales) y un puerto que cuentan con mil movimientos de buques al año. 

En los años 90, la Base pasó una época de inactividad, una era que en la localidad recuerdan como decadente. Sin embargo, la actual coyuntura internacional revitaliza el espacio de convivencia conjunta entre la marina española y estadounidense. 

Las implicaciones geopolíticas de tener en aguas nacionales a la flota estadounidense no cuentan con problemas de seguridad relevantes. Sin embargo, el pasado mes de julio las bases militares de uso conjunto de Rota y la base aérea de Morón (Sevilla) activaron el segundo máximo nivel de alerta, el FPCON Charlie, presuntamente por riesgos continentales de la guerra en Ucrania. Se trata de una alerta válida en el interior de la base.  

Fuera de la base, estos protocolos militares no se sienten. Rota es un lugar que desde hace décadas tiene rincones de película hollywoodiense. Lo dice el sabor y el aroma, el plato estrella, la urta roteña, combina con los sabores asiáticos del primer restaurante chino de España, que era del gusto de los marines. También existe una barbería rockera experta en hacer el tupé de Elvis Presley.  

En los años 60, el rock y la cultura hippy llegaron a la España franquista a través de las ondas de la radio de la Base. “Hoy, todo eso es recuerdo, con la globalización no hay tanto choque cultural y convivimos con más normalidad”, nos cuenta Ruíz Arana. Así seguirá siendo mientras la VI Flota de la USS Navy viva en Cádiz.