Minutos antes de que se conociera otra entrega del hundimiento que vaticinan todas las encuestas para Ciudadanos en Andalucía, en esta ocasión con una previsión de dos escaños frente a los 21 actuales, su coordinador regional, Juan Marín, a su vez vicepresidente de la Junta, anunciaba este miércoles su intención de relanzar la formación liberal hacia un "centro andalucista". Su afirmación no ha dejado a nadie indiferente, si se tiene en cuenta el ADN centralista del partido que presidió de forma personalista Albert Rivera, alejado de cualquier sentimiento autonomista.
No parece que Marín lo vaya a tener fácil para abrazar ahora la causa andalucista. Se trata de un espacio político en el que se mueve como pez en el agua el presidente de la Junta, Juanma Moreno, que ha sabido marcar un perfil propio en dicho ámbito.
El inquilino del palacio de San Telmo, sede de la presidencia de la Junta, define al Partido Popular andaluz que preside como una formación "de centro andalucista liberal". Ya en Granada, durante su congreso regional celebrado en noviembre de 2021, el barón autonómico moderado comenzó a hablar de esta fuerza política por primera vez como "el PPA", en un claro paralelismo con el PA (extinto Partido Andalucista).
Si ya de por sí muchos andaluces piensan que el Ejecutivo de coalición sólo está representado por el PP, los liberales corren el riesgo de diluirse aún más en la marca de sus socios de centroderecha si insisten en abrazar la bandera verdiblanca como una nueva seña de identidad para los comicios de este 2022.
Marín ha basado su nueva orientación de rumbo hacia el ideario de Blas Infante, considerado el padre de la patria andaluza, en "un giro y un cambio" que pasa por "conocer la realidad de los andaluces para poder aportar soluciones" a sus problemas.
Las palabras de quien será por tercera vez consecutiva candidato a la presidencia de la comunidad andaluza han tenido lugar durante un desayuno con periodistas. Marín, que ha estado acompañado de su mano derecha y portavoz parlamentaria, Teresa Pardo, ha sido muy autocrítico con la política informativa llevada hasta ahora por su formación: "nuestro sistema de comunicación interna y externa ha estado fallando".
Durante los más de tres años que Ciudadanos lleva gobernando en Andalucía, junto al PP, la sensación que ha transmitido, de forma paulatina, es su falta de acierto para saber trasladar logros de gestión, que han sido bastantes, a la opinión pública. Ahora, a contrarreloj, los liberales afrontan el reto reconducir tal situación.
Durante este encuentro no han faltado las críticas a Vox, el partido que está disparado en todos los sondeos, incluido el último que se ha conocido este miércoles y en el que pasa de los 12 actuales a 22. "No entiendo cómo un espacio de centro puede asumirlo la extrema derecha", ha lamentado el dirigente liberal al reconocer que el partido que lidera Santiago Abascal ha sido capaz de acaparar las simpatías de antiguos votantes de Cs en Andalucía.
"Esta polarización entre la extrema derecha y la extrema izquierda nos perjudica", ha admitido también Juan Marín para añadir a continuación que "no existe el extremo centro". Lo ha dicho en el marco de un alegato reivindicativo del ideario de Cs no exento de nostalgia, al mirar al pasado fundacional de la formación naranja, en 2006: "Vamos a volver a ser el partido que surgió en Cataluña", ha vaticinado.
Las políticas sociales, la creación de empleo, el fomento de las pymes y los autónomos, así como la educación, son las cuatro grandes banderas de gestión que traslada el vicepresidente de la Junta. Se trata de consejerías en manos de los liberales y cuyos logros pretenden explotar, de ahora en adelante.
El pistoletazo de salida hacia la nueva imagen que pretende potenciar Cs Andalucía se producirá el próximo 14 de mayo en Córdoba. Allí celebrarán un gran acto, con aroma a precampaña electoral, al que han invitado al presidente de la Junta, Juanma Moreno.
"Sin nosotros en el Gobierno de Andalucía habría pin parental [en los colegios] y se habría derogado la Ley de Violencia de Género", ha defendido Marín para situar a su partido como dique de contención frente a Vox, desde el centro moderado. "Este puzzle que hemos construido en Andalucía, sin Ciudadanos se va a derrumbar", pronostica en caso de que se produzca un escenario postelectoral como el ocurrido en Castilla y León, con PP y Vox como socios de gobierno.
Otro aspecto llamativo de esta nueva hoja de ruta del partido naranja se centra en captar, como ha desvelado el propio Marín, a pequeñas formaciones localistas de toda Andalucía. La que él presidió en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) es un buen ejemplo de ello. Se llamaba Ciudadanos Independientes y fue absorbida por el partido que lideraba entonces Rivera. Eran otros tiempos, con una marca nacional que llegó a disputarle al Partido Popular la primacía en el centroderecha y a punto estuvo de darle el 'sorpasso' a Juanma Moreno, al quedarse Marín a sólo 5 de su actual socio.
En busca de nueva implantación tras las bajas de afiliados
También en el capítulo de autocríticas Marín ha apostado por "una fase de volver a implantarnos" en numerosas localidades andaluzas, donde las constantes bajas en afiliaciones han reducido a su partido a la mínima expresión, por no decir desaparición.
"No somos bisagra", ha enfatizado el líder regional de Cs para señalar, posteriormente, que "podemos gobernar con uno o con cuarenta", en alusión a los escaños. Además, ha descartado cualquier maniobra política que suponga concurrir en algún tipo de lista conjunta con el PP: "somos partidos distintos", ha recalcado Marín. Minutos antes su portavoz, Teresa Pardo, ha presumido de ser "el único partido liberal en el Parlamento" andaluz.
En su línea habitual, cada vez que se publica una encuesta que es adversa a Cs, Juan Marín ha vuelto a recordar errores demoscópicos de anteriores citas electorales en Andalucía, en relación con las expectativas de su formación, tanto en 2015 como en 2019. Unos vaticinios de escaños que no se cumplieron porque las urnas se encargaron de echarlos por tierra, pero con un partido que tenía entonces todo el viento a favor. Ahora, de nuevo –ha dicho a modo de desafío– "luchamos contra las encuestas" en 2022. Un reto que resulta heroico.