Una nueva investigación de la Universidad de Sevilla (US) marca un avance crucial en la lucha contra el cáncer infantil. El trabajo, realizado por el investigador Elías Gomis Sellés, permite predecir recaídas en pacientes pediátricos que padecen neuroblastoma, uno de los tipos de cáncer más frecuentes en niños.
El hallazgo del oncólogo pediátrico soluciona una carencia, una laguna científica en los tratamientos en este tipo de cáncer que afecta sobre todo a menores de 12 años. “Existía un agujero negro en estos ámbitos”, confiesa Gomis. Su protocolo de investigación se incorporará a la práctica clínica a partir de enero en hospitales nacionales e internacionales, lo que promete revolucionar las estrategias terapéuticas para estos pacientes.
El estudio de Gomis Sellés, presentado como tesis doctoral en el Departamento de Farmacología de la US, establece una relación entre una disminución superior al 50% en el recuento de linfocitos tras el tratamiento con radioterapia y un mayor riesgo de recaída y fallecimiento durante el seguimiento. Los linfocitos son las células de nuestro cuerpo que actúan como barrera al cáncer. La pérdida de linfocitos se denomina linfpenia.
“Es la primera vez que confirmamos la linfopenia y las recaídas por neuroblastoma”, comparte el autor de la investigación. Esta conexión detectada por primera vez en niños abre la puerta a la personalización del tratamiento para pacientes con neuroblastoma de alto riesgo. Es decir, los tratamientos serán más efectivos y habrá menos riesgo de recaídas. Las recaídas implican la reaparición del tumor y la necesidad de una nueva vía de tratamiento en unos pacientes cuyas células ya estarían más debilitadas por el primer tratamiento.
El impacto del estudio ha sido tal que el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde se desarrolló la investigación entre 2004 y 2020, integrará estos hallazgos en su práctica clínica diaria, “pero en realidad la idea es que sea un proyecto multicéntrico que nos lleve a contrastar estos hallazgos con más casos en España y en el extranjero”. El eje de este nuevo enfoque con los niños será analizar la evolución de sus linfocitos, algo que hasta ahora no había sido evaluado.
Más allá del neuroblastoma
Elías Gomis, actualmente médico adjunto en el Hospital Clínic de Barcelona, explica que su investigación no solo se limita al neuroblastoma y podría aplicarse a otros tipos de cáncer pediátrico, “tendremos una medida y una evaluación como nunca antes habíamos barajado, eso se traduce por ahora en que vamos a definir, a afinar mejor la radioterapia con protonterapia, que tiene menos radiación dispersa”, el resultado será que habrá menos efectos secundarios y menos reducción de linfocitos con el tratamiento.
Según datos del Registro Nacional de Tumores Infantiles, la incidencia del neuroblastoma es de un caso por cada 7.000 nacidos vivos, y aproximadamente la mitad son clasificados como de alto riesgo y menos de la mitad son tratados con radioterapia. Es por ello que el hallazgo de Gomis es especialmente importante, porque aportará información en unos casos muy difíciles de tratar y evaluar. Primero, como hemos detallado, por su escasez. Y segundo, “porque trabajar con niños, con estas dolencias, es muy complejo”.
Un trabajo tan difícil como retador
El diagnóstico de los neuroblastomas no es bueno. En la mayoría de los casos, implica radioterapia, cirugía, extirpaciones, un tránsito tan incierto como doloroso para los pacientes y las familias. La mediana de edad de este estudio es de niños de solo 4 años. Con estos pacientes es difícil tener una comunicación sobre su estado, sobre su bienestar y esto se añade a sus familias.
“Este trabajo, el de la oncología pediátrica es complejísimo, pero creo que precisamente por eso decidí especializarme en ello, es un verdadero reto que necesitamos abordar”, confiesa Gomis.
“La prioridad es humanizar estos procesos”, detalla. Dulcificar el infierno que supone para los padres y familiares el tratamiento de un cáncer en niños a estas edades se consigue de maneras muy diversas. En el Virgen del Rocío, por ejemplo, desde el día 1 de tratamiento hay una psico-oncóloga para el paciente y su familia, se programan las sesiones de radioterapia para niños a primera hora para que no convivan con las personas mayores y más afectadas, se permite que los padres estén con ellos hasta el momento de entrar a radiación a la que, incluso, llegan montados en su cochecito de juguete; “mi experiencia es que en los últimos años hemos avanzado muchísimo en estos protocolos de sensibilización, hay incluso niños que terminan su tratamiento y no quieren salir del hospital, esa es la recompensa”.
La tesis doctoral de Elías Gomis ha sido reconocida con la máxima calificación y le ha valido una estancia de investigación en el Paul Scherrer Institut de Suiza, centro pionero en protonterapia. A la espera de que los resultados de centros de toda España vayan a aportando información sobre la evolución de los linfocitos en distintas dolencias y a distintas edades, este nuevo trabajo ya ha mejorado la tolerancia renal de los pacientes, la recuperación completa de las funciones hematológicas, “este es solo el comienzo de un camino largo”, concluye Gomis.