En las filas del PSOE hay quien considera muy perjudicial para la imagen del partido y también para el prestigio internacional de España que la exministra Magdalena Álvarez siga aferrada a una de las vicepresidencias del BEI, a razón de 23.000 euros mensuales, pese a la imputación que pesa sobre ella por presuntos delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos. Hace unos días, la Audiencia de Sevilla permitió que la juez Mercedes Alaya continuara con el procedimiento en el caso de los ERE al confirmar esta acusación y decretar el embargo de los bienes de Álvarez para cubrir la fianza de responsabilidad civil dictada contra ella por importe cercano a los 30 millones de euros. La investigación judicial atribuye a la extitular de Fomento con Zapatero una responsabilidad directa en la concesión fraudulenta de subvenciones por parte de la Junta andaluza cuando, en su etapa como consejera regional de Economía (1994-2004), se dilapidaron cerca de 150 millones de euros en prejubilaciones supuestamente tramposas, ayudas a empresas y pagos a los sindicatos que hicieron de intermediarios.
"Hasta que no se abra juicio oral contra mí, no tomaré ninguna decisión", le ha advertido Magdalena Álvarez a Rubalcaba
Alfredo Pérez Rubalcaba y otros miembros de la ejecutiva federal del PSOE han hablado con Magdalena Álvarez para que haga mutis por el foro y pase a la reserva después de más de tres décadas cobrando del erario público, pero su respuesta ha sido tajante: si el partido no hizo nada para que el también exministro José Blanco dimitiera como diputado cuando arrastraba la imputación por el ‘caso Campeón’, ella tiene también todo el derecho del mundo a defenderse y a demostrar su inocencia sin abandonar por ello su cargo, en el que podría mantenerse legalmente hasta agotar su mandato y ceder el asiento a Portugal en 2016. “Hasta que no se abra juicio oral contra mí, no tomaré ninguna decisión”, ha sido la advertencia que la vicepresidenta del BEI le ha hecho personalmente al secretario general del PSOE.
En las filas socialistas hay división de opiniones sobre la actitud de Magdalena Álvarez. Hay quien piensa a las claras que se necesita mucha vergüenza torera para no abandonar el cargo y evitar así dañar la imagen del partido en un momento en el que está haciendo de la lucha contra la corrupción una de sus principales banderas, pero hay quien defiende también que el ‘caso Campeón’ le brinda un soporte sólido para defender su inmovilismo. Cuando Blanco se vio políticamente acorralado en marzo del año pasado con una imputación por presunto tráfico de influencias y prevaricación, pactó con Rubalcaba que no dejaría el escaño hasta que se abriera juicio oral. Afortunadamente para él, el Supremo archivó la causa meses después al no poderse probar que recibiera 200.000 euros de un empresario en una gasolinera. El exministro solo reconoció haber hecho gestiones desde Fomento para agilizar un expediente relacionado con la construcción de una nave en la localidad barcelonesa de Sant Boi ya que el proyecto de un amigo permitía crear 400 puestos de trabajo. La cosa quedó ahí y hoy Blanco prepara sus maletas para el Parlamento de Estrasburgo, colocado en el número 10 de la lista del PSOE a las europeas.
La dirección del PSOE dice que el futuro de Álvarez está en manos del BEI, aunque reconoce que la iniciativa depende de lo que haga la juez Mercedes Alaya
Magdalena Álvarez quiere que Rubalcaba y el PSOE la traten por el mismo rasero, pues dice estar convencida de su inocencia. Además, esgrime que el presidente del BEI, el alemán Werner Hoyer, está muy contento con su desempeño en este organismo y que su baja lo único que haría es perjudicar, más que mejorar, la imagen de España.
La dirección del PSOE, en pleno ciclo electoral, está manejando el problema con estos mimbres y ya que no puede forzar a la exministra a dejar el puesto, ha decidido difundir una versión de manual: la iniciativa está en manos del BEI. El Banco ha abierto una investigación que puede prolongarse más allá del verano, por lo que fuentes socialistas opinan que ahora la delantera la sigue teniendo la juez Alaya ya que se considera que la imputación de la exministra puede ser el paso previo a la apertura de juicio oral contra ella.