Unos dicen que es una operación de blanqueo o lavado de imagen. Otros creen que es un cambio profundo surgido de la convicción. Lo seguro es que es una nueva estrategia. EH Bildu sigue con su giro para presentarse ante los votantes vascos como un partido útil. Después de cerrar el segundo acuerdo de Presupuestos con el Gobierno de PSOE y Podemos en el Congreso de los Diputados, ahora la coalición liderada por Arnaldo Otegi llega también a un pacto con el PNV para sacar adelante las cuentas públicas del País Vasco.
Lo más llamativo del caso, y lo que mejor evidencia el citado cambio estratégico, es que en Euskadi los votos de Bildu no se necesitaban para nada. Porque los partidos gobernantes, PNV y PSE, gozan de una holgada mayoría absoluta que les permite poner en marcha los Presupuestos de la comunidad sin alianza alguna con la oposición. Los bildutarras, en todo caso, no van a votar a favor, sino que van a abstenerse tras arrancar enmiendas por valor de 250 millones de euros.
Tanto las enmiendas pactadas con el Ejecutivo de Íñigo Urkullu como las enmiendas pactadas con el Gobierno de Pedro Sánchez, aunque en este caso sí con un acuerdo de voto afirmativo, tienen un mismo objetivo. Y ese no es otro que presentarse ante los electores como un partido que es útil porque consigue compromisos concretos en materia social para los ciudadanos.
El PNV, descolocado
Este viraje de Bildu, sea de fondo o sea más táctico, está descolocando en cierta medida al PNV. Tras el episodio de los Presupuestos Generales del Estado, a finales de la pasada semana Bildu anunciaba contra pronóstico que no presentaría enmienda a la totalidad de las cuentas vascas. Desde el Gobierno vasco, y especialmente desde el PNV, mostraban su satisfacción con el paso de Bildu pero no terminaban de creerse que habría acuerdo.
Ortuzar afirmaba que "Bildu viene a Madrid como Caperucita pero en Euskadi sigue siendo el lobo feroz". Ese es el discurso que obviamente Otegi y los suyos buscan neutralizar
No puede perderse de vista que en los últimos años el discurso del PNV contra Bildu se centraba precisamente en que los bildutarras no colaboraban para resolver problemas de la ciudadanía en el País Vasco. El pasado marzo, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, afirmaba que "Bildu viene a Madrid como Caperucita pero en Euskadi sigue siendo el lobo feroz". Ese es el discurso que obviamente Otegi y los suyos buscan neutralizar.
Tras varios días de negociaciones entre el consejero de Hacienda del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu, y los representantes de Bildu, este miércoles se anunciaba el pacto. Un pacto que parecía impensable hasta hace poco tiempo en Euskadi, dado el fuerte enfrentamiento que mantienen peneuvistas y bildutarras en casi todas las materias.
No parece casual esta actitud de Bildu. Acentuar el perfil pactista -"nosotros llegamos a acuerdos", "somos constructivos", "somos útiles"- entronca con el tono de los portavoces de Bildu y su matriz, Sortu, en los últimos tiempos. Especialmente llamativo fue el discurso de Otegi en la manifestación del 20-N que organizó Bildu por el "derecho a decidir".
Por supuesto, el ex portavoz de Batasuna insistió en sus proclamas independentistas, a las que Bildu no renuncia ni mucho menos, pero huyó de la vía unilateral típica del pasado. "Construir un bloque histórico" para "construir Euskal Herria". Pero, eso sí, con continuas apelaciones al "feminismo" o el "ecologismo". Otegi vino a decir que quería llegar a su meta de siempre pero por un camino más largo.