Las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera han tomado el mando del plan de choque económico contra la guerra en Ucrania. El objetivo de Pedro Sánchez es desactivar a Podemos y a Yolanda Díaz. El partido morado reivindica la importancia de sus aportaciones al decreto -como la ausencia de grandes rebajas de impuestos-, que sin embargo carece de las principales propuestas planteadas en su momento por la líder de Podemos, Ione Belarra.
Los gestos en política son importantes, dicen fuentes consultadas por Vozpópuli. Y el mensaje que ha enviado La Moncloa este martes es inequívoco. El Gobierno ha prescindido de su portavoz, Isabel Rodríguez, y ha presentado el decreto en una rueda de prensa liderada por Calviño, que estaba acompañada por Díaz y Ribera.
"En el formato habitual, Rodríguez habría estado acompañada de las tres vicepresidentas, con lo que Calviño y Yolanda Díaz hubieran quedado en pie de igualdad", explican diversas fuentes a este diario. "La escenificación que se ha hecho deja claro quien lidera el área económica del Ejecutivo".
Pulso con Ribera por el gas
Sánchez confía plenamente en Calviño. Ribera, por su parte, ha sido una vicepresidenta más "problemática" para La Moncloa, porque ha tenido choques con varios ministros durante estos años. Sin embargo, la vicepresidenta para la Transición Ecológica ha jugado un papel determinante durante la negociación energética de estas semanas con Bruselas.
"Ribera va a desempeñar un papel clave a partir de ahora, porque se tiene que limitar el precio del gas", explican estas fuentes. "Ya cometió un error al deslizar que podría estar en 180 euros el Mw, un precio del que tuvo que desdecirse poco después".
De hecho, ese tope ya ha provocado el primer rifirrafe PSOE-Podemos. Belarra ha propuesto situar ese precio en los 30 euros el Mw hora. Calviño respondió que son cuestiones "muy complejas" con las que no conviene especular. A lo que la ministra de Derechos Sociales ha replicado que topar el precio del gas en el mercado mayorista energético a 30 euros es una propuesta avalada técnicamente por los equipos de Unidas Podemos y ha defendido que el grado de ambición en este campo es un debate que "no se le puede escatimar" a la ciudadanía.
El pulso entre PSOE y Podemos sobre el decreto se ha saldado con unas medidas que, tal y como ha publicado este diario, dejan fuera las principales reivindicaciones moradas. Díaz, sin embargo, ha sacado pecho de las medidas, que ha vendido como propias, incluso la prohibición del despido acotada a empresas que reciban ayudas, que Díaz quería general. Y ante la falta de un pacto de rentas entre patronal y sindicatos a que ha instado el Gobierno, se ha mostrado convencida de que se conseguirá en breve, para lo que también ha pedido "altura de miras a los agentes sociales".
Calviño apela a Feijóo
La coalición debe ahora negociar la convalidación de las medidas. Como es habitual, Podemos busca el apoyo de sus socios de investidura y prefiere la vía de ERC y EH Bildu, que la de PP y Ciudadanos. Sin embargo, Calviño ha hecho un llamamiento de forma directa al nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Un apelación poco habitual, y menos en Calviño, con la que Sánchez quiere meter presión al principal partido de la oposición.
Confío en un apoyo máximo (...) Es el momento de la unidad y pedimos a los partidos que estén a la altura de las circunstancias ante este plan nacional de respuesta a una crisis que nos ha venido de fuera", ha subrayado Calviño.
Vozpópuli ha informado de la intención del Gobierno de convalidar este plan de choque con el máximo apoyo parlamentario posible. Su objetivo es lanzar un mensaje de unidad a Bruselas y, de paso, reforzar la imagen del presidente. Calviño ha destacado que el Gobierno ha tenido en las últimas semanas un "maratón" de reuniones con la oposición, con los agentes sociales y los sectores afectados. Y la vicepresidenta espera que ahora respondan.